En plena polémica sobre la necesidad de que existan las diputaciones provinciales, va Cacharro y planta cara. No podía ser que hubiera una provincia gallega gobernada por el PP que no tuviera bandera propia, así que el pleno del lunes atajará este agravio para los lucenses. Los habitantes de esta provincia podrán, a partir de ahora, sentir un orgullo patriótico cada vez que vean los colores azul y rojo ondeando en el Palacio Provincial de la calle San Marcos.
Dichos colores que formarán la bandera provincial no han sido una elección arbitraria: son los que predominan en el actual escudo de armas. Hasta ahora, sólo las provincias de Pontevedra y Ourense -ambas gobernadas por el PP- tenían bandera.
La Voz de Galicia
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