10.6.14

Así son las 21 banderas más representativas de la historia militar española


Desde que se puso su primera piedra, España ha sido un testigo mudo del paso de los años y se ha teñido en multitud de ocasiones con la sangre de los enemigos exteriores que llegaban a nuestra tierra con pretensiones de conquista y dominación. Sin embargo, hace poco menos de dos semanas todos estos momentos inolvidables han quedado recogidos en el salón de actos del Instituto de Historia y Cultura Militar (ubicado en el Paseo de Moret 3). Y es que, este organismo ha inaugurado una exposición permanente en la que los visitantes podrán disfrutar de 21 réplicas de las banderas más representativas de la historia militar de nuestro país.

La exhibición, que ha contado con la colaboración del Parque y Centro de Abastecimiento de Material de Intendencia, comienza mostrando una réplica perfecta de una bandera usada por la infantería de los Reyes Católicos en 1474. Este pendón, concretamente, contaba con las Armas de todos los Reinos que formaban la Monarquía hispánica, de tal manera que todos los soldados se sintiesen representados, independientemente del lugar del que provinieran. A continuación, la sala alberga desde paños tan reconocibles como los pertenecientes a los Tercios hispanos hasta los utilizados en la época de la II República.

«España es uno de los países del mundo que más riqueza vexilológica tiene, por lo que se hizo muy difícil elegir únicamente 21. A la hora de buscar banderas de los Tercios, por ejemplo, tuvimos un problema, porque hay miles y preciosas. Al final escogimos las dos más representativas a pesar de que las hay mucho más bonitas. La primera es de la época de Felipe II, cuando prolifera la creación de banderas, por entonces todas debían llevar un elemento común, que era la Cruz de San Andrés o el Aspa de Borgoña. La segunda la hemos seleccionado porque es una bandera muy conocida gracias al cuadro de“Las Lanzas” de Velázquez que se guarda en el Museo del Prado», señala el Coronel (R) D. Juan Álvarez Abeilhé, uno de los responsables de la exposición.

Desde que se puso su primera piedra, España ha sido un testigo mudo del paso de los años y se ha teñido en multitud de ocasiones con la sangre de los enemigos exteriores que llegaban a nuestra tierra con pretensiones de conquista y dominación. Sin embargo, hace poco menos de dos semanas todos estos momentos inolvidables han quedado recogidos en el salón de actos del Instituto de Historia y Cultura Militar(ubicado en el Paseo de Moret 3). Y es que, este organismo ha inaugurado una exposición permanente en la que los visitantes podrán disfrutar de 21 réplicas de las banderas más representativas de la historia militar de nuestro país.

La exhibición, que ha contado con la colaboración del Parque y Centro de Abastecimiento de Material de Intendencia, comienza mostrando una réplica perfecta de una bandera usada por la infantería de losReyes Católicos en 1474. Este pendón, concretamente, contaba con las Armas de todos los Reinos que formaban la Monarquía hispánica, de tal manera que todos los soldados se sintiesen representados, independientemente del lugar del que provinieran. A continuación, la sala alberga desde paños tan reconocibles como los pertenecientes a los Tercios hispanos hasta los utilizados en la época de laII República.

«España es uno de los países del mundo que más riqueza vexilológica tiene, por lo que se hizo muy difícil elegir únicamente 21. A la hora de buscar banderas de los Tercios, por ejemplo, tuvimos un problema, porque hay miles y preciosas. Al final escogimos las dos más representativas a pesar de que las hay mucho más bonitas. La primera es de la época de Felipe II, cuando prolifera la creación de banderas, por entonces todas debían llevar un elemento común, que era la Cruz de San Andrés o el Aspa de Borgoña. La segunda la hemos seleccionado porque es una bandera muy conocida gracias al cuadro de“Las Lanzas” de Velázquez que se guarda en el Museo del Prado», señala el Coronel (R) D. Juan Álvarez Abeilhé, uno de los responsables de la exposición.

Banderas: usos y evolución

Según explica Beilhé, la historia y la forma de las banderas son dos factores que van ligados íntimamente a su función: «Estamos hablando de banderas militares, las cuales sirven en principio para que los soldados las vean y sepan dónde está su unidad, su batallón, su regimiento… Con lo cual, los escudos de cada unidad concreta van variando y se van adecuando más a las necesidades visuales. Las banderas al final, dejando a un lado la función anímica y de motivación que tienen, son como enormes pancartas en las que yo puedo poner lo que yo quiera para cumplir y solucionar una necesidad que tengo en el combate»

A su vez, a lo largo de la historia la composición de las banderas y su forma de fabricación se ha relacionado también con su función. «La caballería tenía las banderas mucho más pequeñas. Además podían hacerlas mucho más ricas ya que, mientras que las banderas de infantería o caballería tenían que hacerse muy finas y ligeras para que pudieran portarse en combate, los jinetes no tenían esa necesidad por ir a caballo. Por lo tanto, sus estandartes eran mucho más ricos, tenían bordados en oro y plata, y aglutinaban motivos mucho más complicados que las banderas de infantería», destaca el coronel mientras señala el Estandarte del Regimiento de Dragones de Frisia.

Sin embargo, las banderas fueron adquiriendo una función diferente con el paso de los años y la modificación de la forma de combatir. «En 1920, cuando las tropas estaban en Marruecos, la bandera ya había perdido esa función de llamada para el soldado. Además los despliegues tácticos eran ya diferentes, pues desaparecieron los cuadros y se pasó a un combate en forma de guerrilla. Las banderas perdieron su funcionalidad exceptuando casos muy determinados como la guerra aérea, que en aquellos momentos era incipiente. En esos momentos, las banderas marcaban la primera línea de las unidades propias para que no fueran bombardeadas. Por eso, las banderas pasaron a ser más pequeñas y a tener una función más similar a la actual», finaliza el militar.

La creación de las réplicas

La creación de las protagonistas de la exposición ha llevado más de un año debido a la dificultad a la hora de documentar y bordar las diferentes banderas. Y es que, aunque en muchos casos se partía de un original físico que poder copiar, en otros el único modelo era un cuadro o una pintura perdida en el tiempo que había que analizar minuciosamente antes de ponerse a bordar la réplica. «El proceso comenzó en enero de 2013 y se ha terminado entre febrero y marzo de este año después de todo el trabajo, el cual se añadió al que teníamos normalmente», afirma Ramón Fernández, de la sección de bordados del Parque y Centro de Abastecimiento de Material de Intendencia.

Por otro lado, el proceso también se vio truncado en ocasiones por la dificultad a la hora de reproducir los detalles de las insignias de un tamaño más reducido. «Las de caballería, por ser pequeñas y recargadas, dieron mucho trabajo y fueron muy difíciles de hacer, ya que el dibujo tenía que ser muy preciso para que, una vez bordado, no pasaran desapercibidos los detalles. Por ejemplo, si yo bordo en oro y luego perfilo en negro para resaltar, puede que el segundo hilo me tape el elemento principal por ser tan pequeño», destaca el experto.


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