verónica viñas | león 13/07/2014
Sólo hacía falta tirar del hilo. El descubrimiento del pendón concejil de Valdavida ha sacado a la luz dos secretos guardados durante siglos. El primero de ellos, que la localidad posee el único pendón blanco de la provincia. El segundo, consecuencia del anterior, es que este ‘estandarte’ es una versión invertida del escudo de la Orden de Malta (cruz blanca sobre fondo rojo).
No es sólo una rareza, sino la prueba de que la pequeña localidad leonesa fue cabeza de encomienda, es decir, un territorio sujeto a la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, en la que residiría el comendador.
El hallazgo es fruto de un cúmulo de casualidades. La historia se remonta a 2009, cuando Ramón de Poza, vecino de Valdavida, localiza el pendón del concejo escondido en la torre de la iglesia. Estaba enrollado sobre su vara y su estado de conservación era bastante deficiente. Por cuestación popular, el pueblo confeccionó una réplica. De Poza llevaba tiempo indagando sobre el paradero de este estandarte, desaparecido durante más de medio siglo.
La idea inicial era buscar datos para reproducirlo, hasta que apareció el original, rematado en una cruz de bronce dorado que costó 26 reales en 1711, como se supo después.
Se trata de una ‘bandera’ muy particular: el palo tiene nueve surcos en lugar de siete; está pintado de azul y no de rojo o verde como es habitual; la tela es rectangular sin escote; está dividido en cuatro y no en un número impar de franjas horizontales; y es rojo con pasamanería dorada.
Las pruebas
De Poza, en un intento por averiguar más detalles sobre el estandarte y con el apoyo de la Asociación de Pendones del Reino de León, acudió a los libros de fábrica de la iglesia parroquial. En el inventario del año 1707 encontró la siguiente anotación: «Mas dos pendones viexos. El uno blanco y el otro colorado». El hallazgo le dejó atónito. Si en el siglo XVIII ya se consideraban viejos, significaba que como mínimo tendrían 80 o 90 años de antigüedad, «pues esta venía siendo la media con la que solían renovarse las telas de los pendones», según el historiador David Gustavo López, quien, a raíz del descubrimiento, ha estudiado el pendón más original de León, diferente a los 143 conocidos de la provincia. No es frecuente que una misma parroquia posea dos pendones distintos. Entre los documentados, serían de los más antiguos de León; como mínimo, de la primera mitad del siglo XVII.
López encuentra la primera prueba de la presencia de los Caballeros de San Juan (Orden de Malta) en la existencia del hospital que existió en Valdavida, cuyos restos todavía permanecen y uno de cuyos libros de administración, correspondiente al período 1586-1664, se conserva en el archivo parroquial. La Orden de Malta fue fundada en la ciudad santa en el año 1048 por el Beato Gerardo. En el año 1115 la reina Doña Urraca I de León, hija de Alfonso VI, le otorgó la aldea de Paradinas, entre Salamanca y Arévalo, convirtiéndose en la primera orden religioso-militar de la Península. Su poder y sus dominios fueron creciendo con los reyes de León. David Gustavo López cree que probablemente fue en el siglo XII cuando la Orden de San Juan consiguió su dominio sobre la iglesia de Valdavida y creó el hospital de este mismo lugar.
El historiador ha localizado a varios comendadores de Valdavida; el más singular, Pablo Galindo de Ayllón, «inventor» al que el rey Felipe IV concede en 1629 un privilegio por setenta años para fabricar en exclusiva un ingenio probado ante la Junta de Minas, para «hacer todo lo que el agua y el viento pueden obrar». Se trataba, al parecer, de un aparato de versátil aplicación, que valía para moler mineral, cereal u otros productos.
La Orden de Malta era tan poderosa que en el siglo XVIII aportaba anualmente a su tesoro 3.400.000 reales de vellón. Valdavida contribuía con 2.286 reales de vellón. La presencia durante tantos siglos de la Orden de Malta en Valdavida ha dejado una profunda huella en la localidad. El espléndido retablo de la iglesia, del siglo XVI, citado en el célebre Catálogo Monumental de Manuel Gómez Moreno, fue costeado por los caballeros de Malta. Los emblemas de la orden se aprecian en el retablo y el artesonado del templo.
El rescate
Lo realmente extraño es que la bandera de la Orden de San Juan o de Malta es de paño rojo con la cruz octógona blanca, mientras el pendón de Valdavida es el ‘negativo’ de este estandarte; es decir, la cruz es roja sobre tela adamascada blanca.
David Gustavo López considera que el pendón blanco de Valdavida no era el de los Caballeros de San Juan, que sólo ellos podrían utilizar, sino otro con el que la parroquia quería manifestar su estrecho vínculo con dicha orden.
De todas formas, el pendón blanco de Valdavida es un ‘unicum’ en León. Los vecinos lo han reconstruido siguiendo la documentación encontrada. El Instituto Leonés de Cultura les ha concedido una subvención por el 40% del importe de la tela, que costó 750 euros. La vara y el remate los tenía el pueblo.
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