Tras el matrimonio de Juana I de Castilla, hija de los Reyes Católicos, y Felipe «el Hermoso», el archiduque de Austria, se adoptó un elemento común para las banderas españolas de la época: la Cruz de Borgoña.
Esta enseña, usada tradicionalmente por la Casa de Borgoña, emplea como elemento central la llamada Cruz de San Andrés, una cruz en forma de aspa (con dos ángulos agudos y dos ángulos obtusos) que representa el martirio de este apóstol. Según una tradición muy antigua, San Andrés fue crucificado en Patrás, capital de la provincia de Acaya, en Grecia. Lo amarraron a una cruz en forma de X y allí estuvo padeciendo durante tres días, los cuales aprovechó para predicar e instruir en la religión a todos los que se le acercaban.
No obstante, desde la llegada de la dinastía de los Austria, que a su vez estaba emparentada con la Casa de Borgoña, la Cruz de San Andrésfue adoptada para identificar a los ejércitos españoles. En tierra, esta bandera ondeó quizá por primera vez como insignia española en la batalla de Pavía en 1525(aunque las aspas rojas eran lisas, sin nudos, y el ejército de Carlos I era más bien hispano-germano), y es la más característica de las utilizadas por los tercios españoles y regimientos de infantería del Imperio español durante los siglos XVI, XVII, XVIII y comienzos del XIX.
Paulatinamente, salvo ligeras variaciones en sus colores –por ejemplo, Felipe II dispuso que el paño blanco donde se situaba la Cruz de Borgoña se cambiara al color amarillo–, la bandera fue establecida como el símbolo vexilológico por excelencia de España hasta el advenimiento de la Casa de Borbón con Felipe V.
En la Guerra de Sucesión, el bando perdedor, el austracista, había portado esta enseña, y los Borbones veían imperativo sustituir el anterior diseño por otro: las armas reales sobre paño blanco. Sin embargo, el blanco (propio de la Casa de Borbón), también era el paño utilizado en el siglo XVIII por las distintas ramas de los Borbones que reinaban en Francia, Nápoles, Toscana, Parma o Sicilia, además de España, por lo que Carlos III decidió cambiar el pabellón nacional de España, en su génesis solo para la Armada, para diferenciarse mejor de estas otras naciones.
Identificada como bandera carlista
En la actualidad, la Cruz de San Andrés está vinculada casi exclusivamente al movimiento carlista –surgido en el siglo XIX a favor del pretendiente al trono Carlos María Isidro–. Sin embargo, cabe recordar que durante la primera guerra carlista de 1833-1840, la borgoñona aún seguía siendo la bandera del Ejército, o sea, de las fuerzas regulares de Isabel II (el Ejército no adoptó la rojigualda hasta 1843). Por tanto, aunque muchas unidades carlistas emplearon la bandera borgoñesa durante el conflicto, su vinculación como enseña oficial del bando carlista es muy posterior.
El 24 de abril de 1935, coincidiendo con la reorganización del Requeté, se estableció su vigencia, y durante la Guerra Civil Española, distintos regimientos tradicionalistas y requetés carlistas la usaron dentro del bando nacional. Además, a día de hoy, muchas unidades militares mantienen esta enseña en su escudo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario