El investigador leonés reúne en un libro toda la heráldica y simbología de España
30/01/2011 e. gancedo | leónNo se había hecho nunca. Reunir en un mismo libro la ingente información referente a todos los símbolos, tanto territoriales como a nivel de país, de España, ha recaído en un leonés, el investigador roblano Juan José Sánchez Badiola. El resultado ha sido Símbolos de España y de sus regiones y autonomías. Emblemática territorial española (editorial Visión), un abrumador compendio con los datos y citas disponibles no sólo de antiguos escudos y reinos hispánicos, sino de símbolos más modernos como las banderas y escudos de las comunidades autonómas.
Sánchez Badiola, que ya publicó en su día Las armas del reino , sobre -"entre otros temas-" el escudo y bandera de León, ha reunido y ampliado la información que ya poseía para sacar a la luz esta obra que versa, como dice, sobre un tema «poco tratado e investigado, el de los símbolos territoriales españoles pero no sólo como país, sino al completo, con sus antiguos reinos y actuales regiones».
Y así, el autor explica cómo la heráldica aparece, en un primer momento, como signos propios de un determinado monarca o noble, signos que, con el correr del tiempo, se van identificando con el territorio que dominaba ese rey o ese señor. «Es lo que pasa con Alfonso VII, el primer rey del que tenemos constancia fidedigna de que empleó un león como seña, es un buen ejemplo de 'arma parlante', que identifica directamente a su poseedor. Emplea un león como signo personal al igual que los señores de Vizcaya empleaban en su escudo los lobos, que es lo que significa el nombre Lope de los primeros señores, aunque de la persona pasa al territorio». Y es que ese primigenio carácter de armas 'parlantes' llevó a todo tipo de combinaciones y resultados a los que luego se intentó proporcionar un marchamo de legitimidad. Es el caso, señala Sánchez Badiola, del escudo de Galicia, donde muchos ven el Santo Grial pero que en realidad procede de la palabra normanda calice (cáliz), similar a Galice (Galicia). Sencillamente, en un armorial inglés del siglo XIII se intentó simbolizar así el reino de Galicia, por proximidad fonética, y luego esa solución pasó a la propia Galicia. O la famosa cruz de Don Pelayo, que es la cruz que usaban, en un principio, casi todos los reinos cristianos peninsulares y que «muy tardíamente, ya en la Edad Moderna» quedaría en Asturias para identificar ese territorio concreto.
Mucha imaginación. Y es que el libro de este autor, que fue profesor de la Universidad leonesa y es autor de ensayos y obras de investigación, deshace gran parte de los mitos establecidos en torno a la supuesta antigüedad de los símbolos territoriales. «Durante los siglos XVI y XVII los vascos identificaban su territorio con la antigua Cantabria, y por eso algunos de los primeros intentos por crear banderas navales que agrupasen los diferentes territorios vascos emplearon el aspa, como intento de recuperar aquel famoso lábaro cántabro que hoy se reivindica desde la actual comunidad de Cantabria», comenta.
De hecho, Sánchez Badiola no duda en asegurar que el 90% de nuestros símbolos, de nuestra cultura visual, «es pura mitología». Para ello, no hay más que ver la pasión con la que algunos catalanes hablan de que su bandera es producto de la marca de los dedos, bañados en sangre, del conde Vifredo el Velloso, cuando lo más probable «es que sea un escudo de tipo familiar, las rayas y ajedrezados se usaban mucho en el Pirineo», recuerda Badiola. O el caso mismo de la bandera de España, producto de lo que hoy llamaríamos «un concurso público»: Carlos III la elige, a finales del siglo XVIII (y entre otra muy similar, con las franjas rojas metidas dentro del fondo amarillo), ya que esos colores se divisaban mejor en alta mar.
Diario de León