Una bandera es una tela rectangular que se asegura a un asta o una driza y funciona como enseña de un lugar o una institución. Así reza la definición del diccionario. Pero aquí que hemos sufrido la llamada guerra de las banderas sabemos que es mucho más, que la capacidad de ensoñación que hay detrás de esa tela rectangular es enorme y que hay sangre a raudales y emociones mil cosidas entre los colores que representa.
Vitoria tenía una bandera como quien tenía un mueble. No molestaba a nadie ni recogía adhesiones inquebrantables. Nadie le echaba flores ni poemas, ni tampoco bertsos. Se sacaba y, la verdad, costaba que se emocionara alguien como sí se hace frente a la ikurriña. Y no digamos desde el día 25 de julio, ese símbolo medio escondido, medio querido y medio ignorado, flamea junto a la catedral nueva, otra que está a medio hacer y que nadie se desvive por ella. Representa a todos los vitorianos de una y otra ideología, de un partido o de otro, de un barrio como Errekaleor o de otro como el Prado.
Pero lo cierto es que hay mucha mitología con las banderas. En cuanto rascas un poco todo se viene abajo. Por ejemplo, la de Vitoria. Un experto en vexilología manifestó que esa enseña no es antigua, que no tiene que ver con la participación de los alaveses en la conquista de baez un día de San Andrés. Por el contrario se eligió en 1922 tras una propuesta del escritor Colá y Goiti, que la presentó en 1918. No tiene ni cien años. Hay muchas cosas en Vitoria más antiguas que causan más adhesiones.
El vexixólogo me dijo otra cosa que sí es relevante. Lo importante no es lo vieja que pueda ser una enseña sino su significado actual, que tenga importancia para alguien. El ser humano crea símbolos de un día para otro. Hay clubes centenarios de fútbol y clubes de anteayer. Seguro que para cada uno de sus seguidores esa representación es tan importante con historia o sin historia. Vale el significado no la edad.
Pero hay más curiosidades en este símbolo. Por ejemplo, compartimos bandera con Logroño, Hondarribia, Oñate, Valdivia (Chile) el estado de Alabama y el estado de Florida , en Estados Unidos, Irlanda (la vieja enseña de San Patricio). Son iguales a la nuestra.
Debió haber más banderas antes. Probablemente, de color blanco y el escudo que sí que es más antiguo. Pero eso son discusiones de expertos.
Otra cosa llama la atención. Cuando Colá y Goti propuso su diseño las aspas de San Andrés no eran las dos rojas. Era una azul y iotra roja. ¿Por qué?. «Estos colores azul y rojo siempre han sido preferidos, aquél por emplema
[sic] o representación de las clases aristocráticas y éste como significación de las clases populares, de la democracia», indicaba el propio diseñador.
Lo importante no es su historia, sino su significadoEs curioso. Colá y Goiti trata de representar la propia historia de la ciudad y la lucha interna de unos vitorianos contra otros. «En Vitoria y Alava esa lucha de clases ha existido y existe emtre los representantes de lo pasado, de la tradición, del statu quo permanente, intangible e inconmovible, y los amantes de la democracia, de la evolución, de la revolución, del espíritu reformista e innovador, porque ambas clases tienen ideas opuestas y econtrados. esa lucha tuvo en nuestra tierra bandos cuyos nombres han pasado a la Historia como los bandos Gamboíno y Oñacino». Se puede añadir que esa división se refleja en los Ayalas y Calleja, en los que estaban a favor de Castilla y a favor de Navarra, en los comuneros e imperiales, afrancesados y patriotas, liberales y carlistas, nacionalistas y españolistas o constitucionalistas, izquierdas y derechas. Esa era la verdadera propuesta de Colá y Goti. Está claro que los concejales de 1922 decidieron que había que simbolizar en rojo la democracia,
No me resisto a subrayar otro hecho importante. es escudo de Vitoria lleva la Y de Isabel Segunda y los dos palos romanos de su orden en la historia de la monarquía. El significado es muy especial. Es el reconocimiento y el agradecimiento de la reina a la lucha de los voluntarios alaveses contra el intento de conquista de Zumalacárregui. Vitoria nunca cayó en manos de los carlistas. Isabel II regaló por eso una lujosa bandera al batallón de Urbanos de Vitoria en el año 1835 con el fondo blanco. También durante la guerra de la Independencia, el primer batallón de la división alavesa de guerrilleros llevaba un pendón blanco.