Fue instaurada como bandera del Consell del País Valencià en abril del 79 pero duró menos que un embarazo. Se salvó de los episodios de violencia callejera y ondeó en lo alto del Palau hasta que Albiñana dimitió y se la llevó para protegerla, hace ahora 35 años
JOSÉ LUIS GARCÍA | VALENCIA Han tenido que pasar 35 años para que la bandera de las cuatro barras y el escudo de Pere el Cerimoniós, que fue oficial durante unos meses de 1979, vuelva a ver la luz. Fue un 25 d´Abril y durante un acto íntimo, cuando el presidente del Consell preautonòmic, Josep Lluís Albiñana, la ha donado a la Institución Joan Fuster, de Acció Cultural del País Valencia, para su custodia y exposición.
La enseña, deteriorada por el sol, los años y algún desgarro, lleva adherida la historia de violencia y el fracaso final de las aspiraciones del valencianismo fusterià en el proceso preautonómico. Duró ocho meses en el mástil de la azotea del Palau de la Generalitat y su bajada, a las pocas horas de la dimisión de un Albiñana abandonado por el PSOE y presionado por UCD, simboliza el fin de la construcción de la autonomía por la vía del artículo 151 de la Constitución, como las históricas.
La bandera que atesoraba Albiñana es la que ondeó en lo alto del Palau. Según Eliseu Climent, aquella debió de ser la única enseña del Consell del País Valencià que escapó al fuego en aquellos años de violencia callejera. Peor suerte corrieron las otras dos izadas en enclaves simbólicos: la del balcón del ayuntamiento fue quemada el 9 d´ Octubre de ese 1979; a la otra, la de la puerta del Palau, se le perdió la pista, aunque fue objeto de protestas e intentos de sabotaje.
La historia de la bandera se enmarca en el proceso negociador preautonómico. Según rememoraba ayer Albiñana en el Centre Octubre, se había conseguido un consenso para hacer del escudo de Pere el Cerimoniós en el emblema del Consell: «Llevaba la manteleta en azul colgando del yelmo y las ´quatre barres´ en el escudo». Tanto la UCD como el PSOE y el PCE se daban por satisfechos.
Pero no ocurrió lo mismo con la bandera. La UCD abandonó la reunión del Consell que debía aprobarlo, y se retomó al día siguiente, 25 de abril, estableciéndose la nueva enseña del Consell con los votos de socialistas y comunistas: la «quatribarrada» con el emblema real.
En un ambiente de gran crispación, con episodios violentos del GAV en la calle, Albiñana ordena izarla en el Palau el 25 d´Abril del 79. Desde semanas antes lucía en ayuntamientos socialistas y comunistas. Hubo que «improvisar» la enseña y las secretarias de Presidencia cosieron el escudo.
Esa sería la bandera oficial hasta la elaboración de l´Estatut (1982), pero en la práctica duró ocho meses, hasta el 22 de diciembre de 1979, cuando Albiñana dimitió y la nueva mayoría de la UCD en el Consell hizo presidente a Monsonís, que ya colocó la de franja blava. «Yo estaba en terreno pantanoso», rememora el expresidente, que achaca el fracaso además de la oposición de la derecha y en la calle, a «elementos de la izquierda que querían renunciar a los compromisos políticos a cambio de competencias».
Fueron meses de pulso en 1979: «Había que demostrar que el pueblo valenciano respondía», sostiene Albinyana. El 98% de ayuntamientos se adhirieron al pacto por la autonomía: «Los alcaldes sabía que si colgaban en fiestas la bandera con la franja azul, yo no iba».
Pero el movimiento perdió apoyos hasta producirse la salida del expresidente. Y con él, la bandera comenzó un proceso de desaparición gradual de los ayuntamientos. «Había un montaje de quema de banderas. Se quemaron todas», apunta Eliseu Climent. Pero la bandera de la azotea del Palau se libró. «Un ordenanza me la dio. Un gesto patriótico. Reparó en algo que los demás, no: había que preservar aquello», evocaba ayer. Y remata: «No es arqueología; fue bandera de esperanzas y continúan allí».