“Es lamentable lo ocurrido, por lo cual exigimos que la imagen de la Virgen del Socorro, patrona de Valencia, permanezca fuera de toda diatriba política y no esté en una bandera, como la que se aprobó, que no representa el sentimiento de los valencianos”, declaró el padre Pedro De Freitas, párroco de la Catedral donde se venera la imagen desde hace cerca de 400 años.
El padre Pedro De Freitas y otras personalidades de la ciudad, fueron consultadas por El Carabobeño sobre la decisión del Concejo Municipal de Valencia de cambiar la bandera de la ciudad, en la que se sustituye a la patrona por una cerámica indígena, a la cual le dieron el nombre de Venus de Tacarigua.
“De manera secreta -dijo el padre- y sin consultar a las principales instituciones de la ciudad, sin estudios históricos y documentales se ha procedido a un brusco cambio de la bandera, que ha creado consternación en la feligresía”.
Aunque reconoce que la bandera de Valencia no era tan conocida, el sacerdote reprocha que, en una ciudad eminentemente católica, se haya cambiado la imagen de la patrona por una deidad para rendir homenaje a unos indígenas que nunca estuvieron por aquí.
“Me sumo a la advertencia del señor arzobispo Reinaldo Del Prette sobre la inconveniencia de ir cambiando los símbolos de la ciudad por caprichos de quienes están en el poder. A los chavistas se les metió entre ceja y ceja cambiar la identidad venezolana y, como tienen una mayoría circunstancial en los organismos de gobierno, imponen criterios que no están de acuerdo con la tradición histórica, cultural y religiosa del pueblo venezolano”.
“Espero que, a las personas nombradas por el Concejo Municipal para cambiar el Escudo que viene de los tiempos de la Colonia si no tienen conocimientos de heráldica, de historia, ni de la tradición cultural de Valencia, tengan prudencia. Que sepan respetar la identidad, manifiestamente religiosa, expresada en ese símbolo con la imagen de la Anunciación a María, bajo cuya advocación fue puesta la ciudad y de San Juan Bautista, patrono de Borburata, de donde vinieron nuestros primeros pobladores”, declaró el padre Pedro De Freitas.
Deben explicar
Marina Giménez de Bencomo, presidenta de la Cofradía del Socorro, dijo que “en el corazón de los valencianos es imposible sustituir a la Virgen del Socorro, por lo cual estamos pidiendo una audiencia al Concejo Municipal para saber cuáles son los motivos para hacer desaparecer como símbolo espiritual a nuestra patrona”.
“Cuando estamos en el umbral de la celebración de los cien años de la coronación canónica de Nuestra Señora del Socorro, esta imagen, que fue la primera en Venezuela que recibió tan alta distinción, la ciudad debe rendirle los mayores honores y no agredir a su feligresía que es la mayoría del pueblo valenciano”, expresó Marina Giménez de Bencomo.
Es absurdo
Julio Centeno, presidente de la Sociedad Bolivariana de Carabobo, recriminó al Concejo Municipal que sin rigor histórico haya aceptado el argumento del diseñador de la bandera cuestionada que el predominio del color rojo es por la sangre que derramaron los indios Tacarigua.
Cuando Valencia fue fundada, en esta región no había poblados indígenas, por lo cual los españoles que vinieron de Borburata pudieron asentarse en paz. Además la tribu Tacarigua nunca existió. Eso es un error histórico. El lago de Valencia se llama de Los Tacarigua porque sus orillas estaban pobladas de un arbusto llamado Tacarigua.
Es absurdo que personas poco conocedoras de nuestra historia quieran quitarle a esta ciudad la tradición española que siempre ha tenido. Hay que informarles que el Instituto de Acervo Histórico y Patrimonial de la Nación, recomendó que el término Venus fuese eliminado porque las Venus son propias de culturas europeas. De manera que poner como símbolo de Valencia una Venus de Tacarigua contraría disposiciones de un organismo nacional especializado. En todo caso sería la diosa o la cerámica de Tacarigua.
La bandera es excluyente
Leopoldo Fadul, historiador que ha dedicado su obra a la investigación sobre el culto de Nuestra Señora del Socorro, manifestó que no encuentra mal que se haya colocado un símbolo de la mitología indígena, pero considera que es una decisión excluyente porque no toma en cuenta los otros elementos que conforman el mestizaje de nuestra población.
“La Virgen del Socorro es un símbolo incluyente porque es la imagen encargada a Sevilla por los grupos de indios, negros y pardos y la adquirieron con el producto de su trabajo. Su devoción fue tan influyente que los blancos españoles también la adoptaron como suya, por lo cual la preciosa talla se convirtió en patrona de Valencia. En esta ciudad no hay símbolo más representativo”, afirmó Leopoldo Fadul. (AF)
El Carabobeño
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