Laura Casanovas
LA NACION
Como una pieza de piano que se ejecuta a cuatro manos, las restauradoras María Pía Tamborini y Patricia Lissa trabajan con pasión, conocimiento y delicadeza en la recuperación de la bandera argentina más antigua, la de Macha, aquella que la historia indica que acompañó a Manuel Belgrano al Alto Perú en 1812, en su lucha contra los realistas.
La historia de la bandera que hoy se encuentra en el Museo Histórico Nacional es tan fascinante como el trabajo que desde hace dos años llevan adelante las especialistas, al hilvanar los delgados hilos -del grosor de un cabello- que sostienen, sin atravesarlos, los fragmentos de la Bandera.
Tras la derrota patriota en la batalla de Ayohúma, en 1813, se perdió el rastro de la insignia, hasta que en 1885 fue descubierta por el párroco de la iglesia del pueblo de Macha, al sur de la actual Bolivia, detrás de un cuadro. Había sido escondida allí para que no cayera en manos del enemigo junto con otra que era blanca con la franja central celeste.
La bandera que en este momento se restaura por primera vez en su historia, de dos franjas celestes y una blanca, fue donada por el gobierno de Bolivia en 1896, con destino al Museo Histórico Nacional, ante el pedido del primer director de la institución, Adolfo P. Carranza. La otra bandera está en el Museo de Sucre.
Hoy, a las 15, en el Museo Histórico Nacional, en Defensa 1600, Tamborini explicará al público los procedimientos utilizados para la recuperación de la Bandera junto a la historiadora Carolina Carman, quien brindará detalles sobre su historia. Una oportunidad imperdible para celebrar el Día de la Bandera.
Paso a paso
En dos meses concluirá la compleja restauración de la histórica bandera en un taller del museo que tiene un vidrio a través del cual se puede ver cómo se realiza el trabajo. El financiamiento corre por cuenta de la Fundación Metrogas.
La Bandera es de seda, de 2,40 por 1,60 metros, y se conserva en un 70% de su totalidad. Las restauradoras contaron a LA NACION que se hicieron distintas pruebas para ver qué método seguir, tras lo cual se optó por la consolidación de dos telas -una de soporte de base y otra superior trasparente de protección- con puntada de conservación con hilo de seda. En lugar de las agujas convencionales, se emplean agujas curvas que se utilizan para cirugías de ojo.
Así, cada fragmento -de 30 mm el más pequeño- queda sostenido por ambas telas pero sin ser cosido. Sucede que la mala conservación de la insignia durante décadas, a lo que se suma que la seda en la que se confeccionó era de mala calidad, hacen que en la actualidad sea sumamente frágil.
Esta misma fragilidad hizo que no fuese posible recuperar el tinte original, que era un azul índigo y un blanco marfil, por lo cual la restauración se realiza a partir de la coloración actual.
Aún resta unir cada una de las tres franjas y armar un sistema de exhibición en forma plana y horizontal, puesto que hasta que se descolgó para la restauración estuvo exhibida en posición vertical, lo cual es incorrecto, según se investigó en el museo.
"Esta bandera es uno de los mayores y más complicados desafíos que tuve por la fragilidad y su peso histórico y emblemático", comentó a LA NACION Lissa, licenciada en museología, que se especializó en conservación y restauración de textiles en Suecia. En tanto, Tamborini es historiadora del arte y durante seis años se especializó en Italia en restauración de textiles.
El director del museo histórico, José Antonio Pérez Gollán, comentó a LA NACION que la Bandera tendrá un lugar especial y que estará exhibida en una vitrina sellada. Respecto de la restauración, señaló que se trata de "la misión del museo que es la de la conservación para transmitir a nuestro hijos lo que tenemos".
En cuanto a la decisión de que el público pueda ver el trabajo, Pérez Gollán expresó que es una forma de que vean que "no son reliquias, sino el patrimonio de todos" y que, por lo tanto, hay que mostrarlo. La bandera de Macha es una de las piezas más valiosas del acervo del museo.
José Nun, a cargo de la Secretaría de Cultura de la Nación, de la que depende el museo, opinó: "Una de las misiones de los museos es la conservación del patrimonio colectivo de los argentinos. En este caso, la bandera de Macha es un símbolo de gran valor histórico, cuya restauración es significativa en el contexto del Bicentenario que ya comenzamos a conmemorar".
La Nación
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