13.2.10

Tras una restauración de 3 años, la bandera de Baztan vuelve al Valle

La bandera de Baztan ha llegado al Valle después de casi cuatro años de restauración. La enseña heráldica del Valle de Baztan, que se supone ganada en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212,ya descansa en una vitrina especial, en el desván de la Casa Consistorial. La restauración, que ha sido muy complicada por el deterioro acumulado, ha sido llevada a cabo por el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC), bajo la dirección técnica de Margarita Acuña García.
El Departamento de Conservación y Restauración de Textiles se hizo cargo de la bandera de Baztan en 2007 ya que estaba «en muy malas condiciones y es por lo que consideramos la necesidad urgente de su restauración ante el riesgo de su ruina absoluta», explica el concejal de Cultura de Baztan, Martín Garde.
La Bandera, confeccionada en seda natural, mide 1,90 m. de ancho por 2.10 de largo. El motivo descorativo que representa es el aspa de San Andrés o aspa de Borgoña, en color rojo sobre un fondo compuesto por triángulos (subgironado) de color verde, blanco y dorado, rematado por tres de sus lados con una cenefa de color rojo y blanco (falta la del cuarto lado).
Del siglo XVII
En el informe realizado junto a la restauración se indica que «no pensamos que la bandera figurase en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) y podríamos suponer que fue confeccionada en el siglo XVII».
La pieza original (del XVII) estaba debajo de la que se podía ver antes de la restauración, en el ayuntamiento. «Se trata de una reparación antigua realizada mediante la fijación, con costura, de una bandera confeccionada con decoración similar a la original. Esta intervención debió realizarse por encontrarse la bandera en mal estado, protegiendo lo que quedaba del original». Incluso se ha observado una segunda intervención efectuada a mitades del siglo XIX, en la que se debió cortar parte de la cenefa y en la que se consolidó toda la pieza con un tul de seda por el reverso.
El ayuntamiento baraja celebrar una tarde para que los vecinos puedan contemplarla, «aunque hay que protegerla especialmente de la luz», explica Garde.

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