Ni verde ni azul ni blanco. Los colungueses no sienten los colores o eso parece atendiendo a la fría acogida con la que los vecinos han recibido a la flamante enseña del concejo aprobada el pasado miércoles por el pleno municipal. Preguntados por LA NUEVA ESPAÑA acerca de si les gusta la idea propuesta por el Ejecutivo Local y refrendada por parte de la oposición, los ciudadanos responden con indiferencia e instan a sus representantes políticos a que dediquen su tiempo y esfuerzo en solucionar otros problemas que califican más importantes.
Es el caso del habitante de la villa de Colunga, Bruno González, quién a sus 26 años dice no tener mucho interés en ver el resultado final de la nueva enseña sino en conseguir un trabajo que le permita mantener a su familia. «La gente no queremos tonterías identitarias sino trabajo, así que mejor se centraban en satisfacer nuestras verdaderas necesidades», indica un González que descarta la existencia de un apego entre los vecinos y los símbolos locales.
Hay gente también que entiende que esta medida habría resultado más normal en otra época más boyante, pero nunca en la coyuntura económica actual en la que los recortes en todos los campos están a la orden del día. «Me parece un tema muy trivial e inoportuno con la que está cayendo porque las personas tenemos otras prioridades», sostiene el vecino de Colunga, Carlos Ameneiros, parado proveniente del sector de la construcción que dice esperar otras medidas del Gobierno local. «Sería bueno que diesen trabajo en las obras locales a los numerosos desempleados del concejo», sugiere Ameneiros.
Otros van más allá y opinan que las decisiones en estos aspectos deberían de llevarse a cabo de una forma distinta a la hecha hasta ahora con el fin de conseguir satisfacer el deseo mayoritario de la población. «Sólo se deberían de abordar temas como este cuando la gente de verdad lo pidiese, necesitase y sintiese», considera la madrileña con casa en La Riera desde hace casi dos décadas, Sonia Atienza, que apuesta por las consultas populares o referéndums como «alternativas razonables» a la hora de instaurar banderas o símbolos similares.
Con reivindicaciones responde también el vecino de Luces, Miguel Candás, que no entiende la urgencia que supone para Colunga crear una bandera. «Llevo cuatro años pidiendo una marquesina para que los niños del pueblo no se mojen esperando el autobús y ahí no hace nada», recuerda Candás, que considera el tema de la bandera «algo que no interesa a nadie» y que se trata de un nuevo desacierto por parte del gobierno del regidor socialista Rogelio Pando. «Parece que últimamente este ayuntamiento, con su Alcalde a la cabeza, hacen todo al revés y se olvidan de lo que en verdad preocupa a los vecinos», asegura el habitante de Luces.
Igualmente, hay quien defiende que, aunque no puede considerarse una urgencia la creación de la bandera, no pone pegas a un diseño que le parece positivo, aunque considera que solamente será bien recibida en el caso de que no suponga un coste elevado al consistorio. «La bandera está bien y nunca sobra tenerla, mas esperamos que si supone gastos estos no recaigan como siempre en el contribuyente», comenta la ama de casa colunguesa, Carmen Junco.
En esa misma línea se manifiesta el colungués León Zamora, que tras una vida entera desarrollada sin la existencia de bandera colunguesa opina que los colores de la misma no tienen mayor relevancia para las gentes del lugar. «Me es indiferente su colorido porque nunca la hubo y no paso nada, así que creo que es una estupidez», apunta el jubilado que, no obstante, cree que hay que respetar la historia de los símbolos locales. «Si al menos ya existía un escudo, se les puede exigir es que no lo toquen por tradición, pero por lo demás pueden hacer lo que quieran», añade Zamora.
Unos símbolos que hasta ahora sólo estaban representados en el escudo del concejo, aún pendiente de su aprobación definitiva, cuyos motivos procedentes de los linajes de La Isla y Colunga si levantan cierta preocupación entre los vecinos. «Sólo espero que la bandera respete la simbología procedente de La Isla», indica el natural de esa localidad colunguesa, aunque ahora residente en Oviedo, Tomás González, que, aunque orgulloso de su origen, dice no identificarse con la enseña.
Por su parte, el habitante de La Riera, Pedro Pastor, ve en esta decisión de crear una nueva bandera algún interés oculto por parte de una administración, acuciada por los enormes problemas económicos y financieros de la actualidad. «Mi experiencia me dice que es muy probable que pretendan desviar la atención de otros temas más relevantes con un debate estéril como este», indica Pastor, que dice no tener ninguna preferencia en el diseño de la nueva enseña y cree que deberían ser los propios ciudadanos los que instasen a la administración a su creación si así lo quisieran. «Estos procesos deberían contar siempre con la participación del ciudadano de a pie para estar más legitimados y no con el arreglo entre políticos», puntualiza el vecino.
«Deberían pensar en cosas que sí demanda la gente y no en tonterías identitarias»
Vecino de Colunga
«Me parece un tema demasiado trivial e inoportuno con la que está cayendo»
Vecino de Colunga
«A mí me es indiferente qué colores tenga la bandera; es una estupidez»
Vecino de Colunga
«Sólo se deberían abordar estas cuestiones cuando la gente lo pidiese y lo sintiese»
Vecina de La Riera
«La bandera está bien, pero siempre que no nos suponga mucho gasto»
Vecina de Colunga
«Quizá sea un asunto que busca desviar la atención de los de verdad importantes»
Vecino de La Riera
«Espero que al menos conserven los motivos del escudo originarios de La Isla»
Vecino de La Isla
«Mejor ponían la marquesina que prometieron hace años en mi pueblo»
Vecino de Luces
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