Phil Mercer BBC Culture
El de la bandera nacional es un diseño único que debe resumir la historia, geografía, cultura, política y religión de toda una nación.
Las guerras, revoluciones, uniones políticas y competiciones públicas han determinado los colores y los contenidos del más evocador de los símbolos patrios.
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Y representa un reto creativo de actualidad en el Pacífico Sur, donde Fiji prometió a su pueblo un nuevo emblema nacional libre de su pasado colonial y Nueva Zelanda lanzó una competencia para encontrar una bandera que refleje tanto a su moderna identidad multicultural como su rica herencia indígena.
Hasta este 16 de julio, el público neozelandés tenía la oportunidad de presentar sus ideas a un panel independiente compuesto de figuras prominentes del país que ayudarán a decidir cómo lucirá la nueva bandera.
Su objetivo es escoger cuatro diseños que participarán posteriormente en un referendo en noviembre.
Luego habrá un segundo voto obligatorio a comienzos del año próximo cuando el ganador competirá contra la actual bandera neozelandesa, que incluye la antigua bandera colonial británica sobre un fondo azul con cuatro estrellas rojas que simbolizan la constelación de la Cruz del Sur.
Se han inscrito miles de diseños para el concurso. Cada uno se estudiará individualmente, antes de que la larga lista sea reducida a las cuatro candidaturas finales
Nación de inmigrantes
Entre los participantes está la Bandera Koru, un diseño hecho en 1983 por el arquitecto y artista austríaco Friedensreich Hundertwasser, quien vivió intermitentemente en la nación del Pacífico Sur desde la década de los 70 del siglo pasado hasta su muerte en 2000.
Su diseño verdiblanco está basado en el tradicional koru maorí, una forma en espiral que representa la fronda nueva de un helecho.
Una de las personas que sugirió el diseño, Mike Summerfield, dice que la experiencia de Hunderwasser como inmigrante es fundamental.
"En términos de la historia global todo el mundo es un inmigrante reciente en Nueva Zelanda", apunta en la página de internet del gobierno donde se presenta el diseño de la bandera.
"La bandera koru de Hundertswasser está ligada a la historia del emigrante que hizo de Nueva Zelanda su hogar y le regaló a la nación un diseño que reflejó la cultura que vio aquí".
El artista e ilustrador neozelandés Otis Frizzell también basó su diseño en motivos tradicionales maorís.
Frizzel conservó la estrella de la Cruz del Sur en su osada propuesta, que tiene sus raíces en tres elementos principales: cielo, tierra y mar y tiene una tonalidad verde, negra y blanca.
"La Cruz del Sur es la primera cosa que notas. Es lo que lo que guió a todo el mundo hasta aquí desde los primeros colonos a los colonialistas. Es el punto de navegación que los trajo", señala.
"El color blanco en la bandera representa la larga nube blanca y también los picos blancos. Las formas verdes en la parte de abajo son nuestras montañas y las olas del océano verde. Para mí eso grita Nueva Zelanda".
Simpleza
En septiembre se llevará a cabo en Sídney, Australia, el 26 Congreso de Vexilología, un evento que cada dos años atrae expertos en banderas de todo el mundo.
El presidente del comité organizador de esta edición, Ralph Kelly, considera a las banderas como objetos de arte.
Su colección personal incluye los estandartes reales del káiser alemán y del shah de Persia, además de la bandera de Suazilandia, que tiene un gran escudo que "simplemente grita África y que significa algo", dice.
"Algunos de los diseños más inefectivos tratan de abarcar demasiado. El mejor enfoque es encontrar los elementos más importantes de un país al que intentas representar", agrega.
"La simpleza es la clave. El inconveniente es que tienes que dejar algo afuera. Es por eso que en última instancia conseguirás algo que complace a la mayoría, pero no a todo el mundo."
Sin embargo, algunas banderas son consideradas más atractivas que otras. Un ejemplo es la hoja roja de arce de 11 puntos de Canadá, que genera un amplio encanto entre los vexilólogos.
Es simple, llamativa e inmediatamente reconocible. Kelly considera que ha sido extremadamente efectiva en "reforzar una identidad nacional".
Sin embargo, no es el símbolo que representa a uno de los países más grandes del mundo el que agrada más a Kelly, sino la bandera que ondea sobre la república de menor tamaño de todas, una pequeña isla nación en el Pacífico Sur.
"Mi bandera favorita es la de Nauru, que es azul con una línea amarilla que atraviesa el centro y marca el ecuador, y una estrella grande de 13 puntos que representa a los clanes históricos de la isla. Dice que 'este es el lugar donde vivimos en el mundo'", apunta Kelly.
Carácter de una nación
Los motivos más comunes en el proyecto para escoger la bandera nacional neozelandesa son el helecho de plata y el kiwi, un pájaro de pico largo que no vuela.
Hace diez años el diseñador arquitectónico Kyle Lockwood ganó una competencia de banderas organizado por su periódico local en la capital de Nueva Zelanda, Wellington.
Lockwood entregó, con algunas modificaciones, el mismo diseño con miras al referendo de este noviembre con un helecho de plata en un lado y la Cruz del Sur en el otro con un vivido colorido rojo, blanco y azul.
Y Lockwood tiene seguidores en posiciones importantes. Su creación es la preferida por el primer ministro, John Key.
"El helecho de plata tiene resonancia con mucha gente en Nueva Zelanda. Ha sido nuestro símbolo desde por lo menos la década de 1880. Es identificado instantáneamente por todas las generaciones de neozelandeses dentro y fuera del país como nuestro verdaderamente único símbolo nacional", destaca Lockwood a la BBC.
"Es bastante difícil lograr representar a toda una nación sobre un pedazo de tela. Yo sí lo veo como una obra de arte y algo que debería representarnos a todos nosotros".
En última instancia una bandera debería definir el carácter de una nación. No se trata de un reto fácil, incluso en un país orgulloso tan pequeño como Nueva Zelanda.
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