Barakaldo y Getxo utilizan además del escudo el pendón de la Corporación municipal
14.07.09 -
T. A. | BILBAO
El Correo Digital
Aunque parezca que siempre han estado ahí, hay muchos pueblos sin bandera. La mitad de los municipios vizcaínos carece de una enseña oficial, entre ellos algunos tan importantes como Barakaldo y Getxo, las otras dos capitales, Leioa o Durango. Y el territorio histórico no es una excepción. «En España la heráldica prima sobre las banderas, que se consideran algo secundario», explica Juan José González. Él es el autor de las que ondean en 32 municipios vizcaínos, desde que en 1996 creó la de Morga.
Orduña, Sopelana, Gorliz o Basauri son algunos de los pueblos a los que ha dotado de un estandarte tras estudiar su historia y sus tradiciones. La más joven de Vizcaya es la de Orozko, aprobada el año pasado con los colores blanco, verde y rojo, cuatro triángulos que representan las anteiglesias del valle y una cruz. Los municipios que carecen de este símbolo suelen utilizar, además del escudo, el pendón, que identifica a la Corporación municipal en lugar de al pueblo en su conjunto. Esta es una práctica habitual en Barakaldo, Sestao, Ortuella, Elorrio o Etxebarri.
Otros son especialmente cuidadosos con sus símbolos, como Bermeo, donde además de recuperar su bandera histórica, también roja y blanca, el Ayuntamiento utiliza un pendón y una guía que lo sustituye en algunas ocasiones. Es la tierra de otro vexilólogo vizcaíno, Aingeru Astuy. Los estudiosos en la materia, que en 2008 celebraron un congreso en Basauri, coinciden en destacar que los distintivos no se inventan ni se improvisan, sino que deben tener raíces. «Aunque Vizcaya siempre ha estado volcada al mar, y el mar es un territorio de banderas, se ha dado más importancia a los escudos», concluye González. ¿Y qué refleja mejor el espíritu de una localidad? «Si el escudo es su fotografía, su firma es su bandera».
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