3.3.13

Las Banderas Coronelas (I)



Por Enrique Embajador Pandora.

Desde muy antiguo existe constancia del uso de insignias que distinguían a los pueblos y a los ejércitos, evolucionando a través de los tiempos hasta llegar un momento en el que la profusión de las mismas era desproporcionada. Así, en España, con la llegada de los Austrias, convivían en cada Tercio tantas banderas como capitanías o compañías hubiese, todas diferentes, con un carácter representativas de lo personal por encima de lo orgánico y el uso de tan solo una bandera del Tercio, representativa del poder real.

Todas estas enseñas carecían de un diseño unificado, sino que cada una era proyectada de forma anárquica, si bien tenían como rasgo genérico común destacable el uso predominante de paños de color rojo o encarnado, sobrepuestos del aspa de Borgoña, de color blanco o rojo, incorporando así mismo imágenes de la Virgen u otras de carácter religioso, en las del Tercio.

Con la llegada al trono de la dinastía borbónica todo ello cambió. Siguiendo la orgánica francesa se pasó del Tercio al Regimiento, y en lo referente a las banderas se estableció de manera obligatoria el empleo de dos tipos de banderas.

Una, única, “principal” o representativa del poder real, que por ser la que se situaría en la compañía al mando del Coronel, se denominaría “coronela”; junto a ella cada uno de los batallones del Regimiento, ostentaría otra denominada “batallonas”, “secundarias” o “colaterales”[1].

En 1706 se dispuso que, “…en lo alto de las banderas se pondrán dos divisas iguales y de tafetán, una blanca y otra roja; por la uniformidad de estos colores que yo he mandado traer a mis tropas por su unión con las auxiliares del Rey mi abuelo…”[2].

Al año siguiente, se estableció que : “Y es mi voluntad que cada Cuerpo traiga la bandera coronela blanca, con la cruz de Borgoña, según estilo de mis tropas a que he mandado añadir dos castillos y dos leones repartidos en los cuatro blancos y cuatro coronas que cierran las puntas de las aspas;…”[3].

En 1728, se produjo un cambio importante en cuanto al diseño de bandera coronela se refiere, al establecerse que: “… la Coronela será blanca con el escudo de nuestras Armas Reales y, las demás, blancas con la cruz de Borgoña; y en unas y otras podrán poner en las extremidades de las esquinas las Armas de los reinos y Provincias… (…)… o las divisas particulares que hubiera tenido o usado” [4].

Como es natural, a lo largo de los años se produjeron cambios que la necesaria brevedad de estas líneas no nos permiten detallar, resaltando tan solo que con la subida al trono de Carlos III, el uso en los buques de la Armada de la bandera blanca con el escudo de Armas Reales, traía con frecuencia confusiones con otros buques de guerra que también arbolaban enseñas con el color del paño blanco.

Para evitar los inconvenientes que esta situación conllevaba, en 1785 se dispuso; “…que en adelante usen mis buques de guerra de Bandera dividida a lo largo en tres listas, de las que la alta y la baxa sean encarnadas, y del ancho de cada una de la quarta parte del total, y la del medio amarilla, colocándose en esta el Escudo de mis Reales Armas reducido a los dos quarteles de Castilla y León con la Corona Real encima…”[5], naciendo así la enseña llamada “bicolor” y comenzando la desaparición de la única bandera dinástica que ha existido en España, instaurada por Felipe V.


[1] La Ordenanza de 28.IX.1704, dispuso que “…en cada batallón de mis tropas haya tres banderas cuyas astas sean más largas y fuertes que las ordinarias, la Bandera coronela sea mayor”.

[2] Ordenanzas de 1706 y 1716. El blanco como color de los Borbones de Francia y el rojo como color tradicional español.

[3] Ordenanza de 26.II.1707.

[4] Ordenanzas Generales de 12.VII.1728.

[5] R. Decreto de 28.V.1785

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