26.5.14

Publicado el nº 131 de "Banderas"


Acaba de aparecer el nº 131 de "Banderas", el boletín trimestral de la Sociedad Española de Vexilología, correspondiente a junio de 2014.
Este número está dedicado a las comunicaciones presentadas en el XXVIII Congreso Nacional de Vexilología, celebrado en Vitoria-Gasteiz en octubre de 2013.
Los trabajos incluidos son los siguientes:

  • José Colá y Goiti, vexilólogo avant-la-lettre, por Juan José González
  • El escudo de armas de Vitoria-Gasteiz, por Juan Vidal-Abarca
  • Bandera del batallón 4º de Álava, por Íñigo Pérez de Rada
  • Las armas del Señorío de Vizcaya: Conflicto e identidad política en la Edad Media, por Arsenio Dacosta
  • Panorama vexilológico municipal de La Rioja 2013, por Mario Ruiz
  • El asunto de la bandera en el golpe militar de 1936, por Rafael Álvarez
  • Una confusión en Las Navas de Tolosa, por Juan José González
  • Venezuela: las banderas mirandinas, por François Burgos
  • El Nasjonal Samling: emblemas del fascismo noruego, por José Manuel Erbez
  • El presunto guión de “El Zagal”, por Rafael Gómez
  • Diversas formas de interpretar el uso de la bandera, por Juan José Feijóo
  • Banderas conmemorativas, por Rafael Álvarez
  • Hermandades de Gloria del Carmen de Sevilla, por Ignacio López de Montenegro


Libros sobre banderas y escudos españoles


Eduardo Panizo, socio fundador de la Sociedad Española de Vexilología y miembro de su Junta Directiva, es autor de numerosos libros dedicados a las banderas y escudos de los municipios de diferentes provincias españolas.
Hasta el momento lleva publicados los correspondientes a la siguientes provincias o comunidades autónomas uniprovinciales:
  • Asturias
  • Cantabria
  • Ciudad real
  • La Coruña
  • León (2 vol.)
  • Lugo
  • Murcia
  • Orense
  • Pontevedra
Se encuentra en preparación el dedicado a las Islas Baleares.
Todos estos libros pueden ser adquiridos a través de la web del autor, donde se pueden encontrar más detalles sobre su contenido, precio y formas de pago:
http://www.vexilologia.es/espanya/libros/precios.htm

24.5.14

IV Jornadas de Heráldica y Vexilología Municipales

La Confederación Española de Centros de Estudios Locales (CECEL), la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía y el Instituto Español de Estudios Nobiliarios (Real Asociación de Hidalgos de España), convocan a las IV Jornadas de Heráldica y Vexilología Municipales, que se celebrarán en Madrid (España), los días 16 y 17 de octubre de 2014, en la sede del Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS) del CSIC (c/ Albasanz, 26-28).
Los títulos de las Ponencias serán los siguientes:
1ª Ponencia: Igualitarismo formal versus posibilidad de particularidades
2ª Ponencia: Las nuevas tecnologías para la creación de un corpus único de Heráldica y Vexilología
3ª Ponencia: El Registro de Símbolos Municipales
4ª Ponencia: La simbología municipal como patrimonio histórico
Para más información, escribir al correo electrónico 4jornadasheraldica@gmail.com

13.5.14

La bandera del templo de San Francisco (II)



Por Juan Pablo Bustos Thames


La Bandera del Templo de San Francisco es posiblemente la Enseña Patria más antigua que se conserva, y seguramente fue enarbolada en presencia de nuestros máximos próceres, los generales Manuel Belgrano y José de San Martín. Desde que se tenga memoria, estuvo siempre en poder de la congregación franciscana de Tucumán y se exhibía parcialmente, enmarcada en un cuadro, que colgaba sobre la pared lindera con la sacristía, a la derecha del Altar Mayor del Templo.

Desde hace un tiempo, se la quitó de su lugar habitual, a fin de realizarle trabajos de restauración. Anoticiado de que quien se encontraba al frente de los mismos era la Lic. Cecilia Barrionuevo, comencé, entonces, mi misión de búsqueda de esta importante emblema.

Un amigo, con quien compartimos ese interés en la historia y el origen de esta Bandera, Miguel Alejandro Gómez, me refirió que la licenciada Cecilia trabajaba como restauradora en el Museo de la Casa Histórica de la Independencia. Con ese dato y merced a la gentileza de la persona responsable de Extensión Cultural de ese museo, Dilma Toconás, pude contactarme con Cecilia; quien me recibió con total consideración, ante mi interés de saber sobre el paradero de la “Bandera de San Francisco”.

Allí fue que me confirmó que estaba a cargo de los trabajos de restauración del paño, que se encontraba bastante deteriorado, después de más de doscientos años, con la colaboración de la Mgr. Olga Sulca, especialista en conservación de textiles y miembro del Comité Nacional de Conservación de Textiles (Santiago de Chile), así como docente de la Cátedra de Prehistoria, de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional de Tucumán. Primero hubo que extraer la Bandera del marco que la contenía, manipulándola cuidadosamente con guantes. Al extenderla, comprobaron que, sobre todo las porciones celestes del material, se resquebrajan fácilmente; y debieron tener sumo cuidado en desplegarla y extenderla en un tablón rectangular de considerables dimensiones, para sostener la tela.

Los desprendimientos de las porciones celestes se observaban, comentó Cecilia, sobre todo, a lo largo de los pliegues que, durante años mantuvieron a la Bandera doblada, dentro del cuadro. Las tareas de restauración demandarían un trabajo exquisito de collage y de armado de todo un complejo rompecabezas gigante.

Algunos requerimientos previos a la restauración
Desde hace más de doscientos años, esta Bandera ha sido propiedad de la congregación franciscana, como lo veremos más adelante. A tal fin, los trabajos de restauración (que aún no han comenzado) se llevarán a cabo en una de las celdas especialmente habilitadas, dentro del Convento de San Francisco, que limita con la calle 25 de Mayo, para que las expertas puedan realizar su labor profesional. Resta dotar a este recinto de las instalaciones apropiadas de aire acondicionado, para mantener la temperatura ambiente a valores estables que no resientan la tela; dispositivos de control de humedad, para evitar que este factor afecte, también, el paño; y dotar a la sala de artefactos de iluminación adecuados, además de los demás elementos y material científico y de laboratorio que, seguramente se requerirán.

Fue en ese contexto que, entusiasmado, le pregunté a la Lic. Cecilia Barrionuevo si existía la posibilidad de poder apreciar, personalmente, la Bandera, ya que sería la primera vez, en muchos años, que se la podía contemplar, totalmente desplegada. Le expliqué que era intención arrancar mis columnas de este año dedicándolas a la “Bandera de San Francisco” y que al poder observarla presencialmente, podría obtener alguna información adicional, de relevancia sobre la misma, a los fines de mi investigación.

Ante esta pregunta, Cecilia me respondió que, al ser esta emblema propiedad de la orden franciscana, debía, previamente, requerir la autorización respectiva al padre guardián del Convento de San Francisco, Fray Marcos Porta Aguilar, tucumano, también, de origen; lo cual me pareció correcto, ya que es lo que correspondía.

Ingresar al túnel del tiempo: Mi visita al claustro franciscano 

Pocos días después, Cecilia me confirmó, para mi gran alegría, que Fray Marcos había aceptado que pudiera ingresar al claustro franciscano a ver la Bandera, con la sola condición de no obtener fotografías de la misma, en consideración a la labor de las restauradoras. El día fijado, en horas de la tarde, concurrí al Convento de San Francisco, acompañado por mi hermano, Horacio Bustos Thames, arqueólogo e investigador, también muy interesado por la historia, deseosos ambos de acceder a uno de los máximos tesoros históricos que tenemos en Tucumán.

La idea de pedirle a Horacio que me acompañara era contar con su apreciación rigurosa de investigador; así como su aporte para cualquier duda, pregunta o interrogante que pudiera surgir durante la visita, merced a su experiencia profesional.

Nos recibieron allí, tanto la Lic. Cecilia, como Fray Marcos; quien nos atendió, con gran consideración y sumo interés por nuestra visita. Luego de una conversación preliminar de rigor, donde le manifesté, emocionado, que era la primera vez que tenía el honor de ingresar al interior del histórico claustro franciscano, que perteneciera originariamente a la orden jesuítica, y de contemplar los arcos y las galerías que nos remitían necesariamente a varios siglos atrás, le comenté al guardián del convento que la “Bandera de San Francisco” encierra, en sí, múltiples preguntas, enigmas y dilemas de nuestros primeros años como Nación, que era mi modesta intención, intentar dilucidar.

Los distintos enigmas que genera la “Bandera de San Francisco” 

En primer lugar, uno de los debates que se ciernen sobre la misma era con respecto a su origen preciso. Es decir: ¿De dónde salió?. ¿Quién la confeccionó?. ¿La mandaron a hacer los propios frailes?. ¿La mandó confeccionar el Gobierno?. En cuyo caso: ¿qué Gobierno?. ¿Cómo terminó en poder del convento?. ¿Es posible que haya sido exhibida en presencia de los generales Belgrano y San Martín?. ¿Para qué se la mandó confeccionar?.

El segundo debate que se plantea en torno a esta “Bandera de San Francisco” rueda en torno a la época de su confección. Si bien es cierto que la misma tiene grabado, sobre el paño blanco, el año de 1814, muchos han sostenido que es ése el año mismo de origen de la Bandera. ¿Es eso tan así?. Es decir, el hecho de que un material tenga un año grabado no significa necesariamente que el mismo date de ese año (aunque sea lo más probable creer). Querrá decir, a lo sumo que, para el año en el cual se mandó grabar esa fecha, el material en cuestión ya se encontraba confeccionado; aunque bien pudo haber sido elaborado antes. ¿Será éste el caso, entonces, de la “Bandera de San Francisco”?.

Otros interrogantes que se ciernen en torno a esta Enseña Patria viene dada por el material utilizado en su confección: ¿se empleó: seda, lanilla, tafetán, algodón, lino u algún otro género?. ¿De dónde es probable que se haya obtenido la tela para elaborar la Bandera?. ¿Los paños son de origen hispano, inglés, asiático, o americano?

En cuanto a la costura de los distintos paños: ¿cómo se cosieron entre sí?, ¿existen rastros visibles de la costura?. ¿Se la cosió a mano o con algún tipo de máquina o artefacto mecánico?.

En lo que respecta a las leyendas grabadas en el anverso de la Bandera: ¿fueron bordadas o pintadas?. ¿Qué color tenían originariamente?. ¿Eran las únicas leyendas las que, hasta hoy, conocíamos los tucumanos?. Es decir: una palabra en una línea superior (Tucumán) y un número, sobre una línea imaginaria inferior (1814). ¿No existirán acaso otras leyendas o frases en las porciones de la Bandera que jamás estuvieron exhibidas al público, que nos puedan arrojar alguna luz sobre los enigmas y misterios que encierra este emblema?.

En lo que respecta a las dimensiones reales de la Bandera. ¿Cuánto mide completamente extendida?. ¿Cuánto miden cada una de sus franjas horizontales?. ¿Se respetan las mismas medidas en todas sus franjas?. Lo cual se relaciona inmediatamente con los usos que se le daban a esta enseña. ¿Era una Bandera que se portaba?. Es decir: ¿que se llevaba a los desfiles, por medio de un abanderado?. ¿O bien, se tratará de una Bandera que se exhibía en los frentes de algunos edificios, o en los mástiles de algún establecimiento?. ¿Se le encontrarán, acaso, restos de las cintas que servirían para asegurarla de algún mástil?.

¿Qué estado de conservación tiene esta Bandera?. Pregunta íntimamente relacionada con estos interrogantes: ¿se utilizó en combate?. ¿Sirvió en alguna unidad militar?. ¿Ornamentó algún edificio público?. ¿Se enarboló en alguna escuela?. ¿Estuvo sometida a la intemperie durante mucho tiempo?. Recordemos que banderas con una antigüedad semejante se conservan en diferentes estados. Por ejemplo, la Bandera que Manuel Belgrano donara al Cabildo de Jujuy, en 1813, se conserva en muy buen estado, en esa Provincia, porque se trató de un pendón, que pocas veces se utilizó en exteriores, y casi siempre se lo utilizaba en el interior de los edificios. La Bandera de Ayohúma, hallada en el paraje boliviano de Titiri, se especula que data, también, de alrededor de 1813. Se encuentra hoy exhibida en el Museo Histórico Nacional, y tiene rastros de sangre, grietas y huecos que pudieron haberse producido en combate. La llamada “Bandera de Macha”, de igual fecha y origen que la anterior, y hoy se conserva en Sucre (Bolivia), tiene algunos jirones o agujeros, pero no del tamaño, magnitud o importancia que los de su “hermana” de Ayohúma; lo cual nos da la idea de que esta Bandera jamás entró en combate, y que pudo haber sido exhibida, durante poco tiempo, al frente de algún edificio público en el Alto Perú.

Finalmente, el mismo formato de esta Bandera, el cual es un tema íntimamente relacionado con los amplios debates que hasta el día de hoy tenemos sobre el formato de las primeras emblemas argentinas. ¿Desde cuándo se empezaron a utilizar emblemas patrios en el formato en que los conocemos hoy?.

Luego de comentar, someramente, algunos de estos temas con Fray Marcos, Cecilia y mi hermano Horacio, el guardián de la orden franciscana nos invitó a caminar unos cuantos pasos más. Se detuvo ante una altísima puerta centenaria, de madera; a la que abrió con una llave, que celosamente volvió a guardar, entre sus pertenencias. Acto seguido, encendió la luz de la celda, que se abría ante nosotros, y nos invitó a ingresar. Frente a la puerta abierta se extendía un gran tablón, sujetado por caballetes, a metro y medio (aproximadamente) de altura del suelo, ocupando gran parte de la celda. Encima del tablón, estaba nuestro tesoro anhelado.

(Continuará)

10.5.14

Nº 173 de Gaceta de Banderas


Ya ha sido publicado el nº 173 de Gaceta de Banderas, el noticiario mensual de la SEV.
Estos son sus contenidos:

NOVEDADES INTERNACIONALES

España. Provincia de Jaén
España. Gerona/Girona
Moldavia. Distritos (IV)

VISTO Y NO VISTO

Moldavia. Servicio de Seguridad e Inteligencia
Ucrania. Servicio Ejecutivo del Estado
El Salvador. Partidos políticos
Estonia. Confederación de Sindicatos de Estonia
Letonia. Confederación de Sindicatos Libres de Letonia
España. Sociedad Venatoria de Vizcaya

ACTIVIDADES SEV

XXIX Congreso Nacional de Vexilología

7.5.14

Exposición de banderas históricas del Ejército español (1474-1983)



El Instituto de Historia y Cultura Militar puso en marcha en el año 2013 un proyecto de reproducción de aquellas banderas históricas bajo las que lucharon soldados españoles desde la creación del Ejército moderno.

Este trabajo ha exigido un estudio pormenorizado de cada momento histórico para definir y seleccionar las enseñas que, desde la época de los Reyes Católicos hasta nuestros días, han sido más representativas del

Ejército Español.

Como resultado de esta investigación, serán expuestas veinte reproducciones de banderas, guiones y estandartes históricos, que han sido realizados en seda y bordados en el Parque y Centro de Abastecimiento de Material de Intendencia.

En el marco de esta exposición, el Coronel D. Juan Álvarez Abeilhé impartirá una conferencia sobre la evolución de las banderas y el momento histórico de cada una de ellas.

-Día: 20 de mayo de 2014

-Horario: 12:30 horas

-Lugar: Salón de Actos del Instituto de Historia y Cultura Militar. Paseo de Moret, 3 (28008 - Madrid)

Entrada libre hasta completar el aforo.

4.5.14

La Bandera del Templo de San Francisco (Primera Parte)


Por Juan Pablo Bustos Thames

El Templo de San Francisco: un paseo obligado para todo turista en Tucumán. Los tesoros que guarda el Templo. La “Bandera de San Francisco”. Mi visita reciente al Templo. ¿Dónde estaba la “Bandera de San Francisco”?. En busca de la Bandera.

Uno de los recorridos obligados de todo turista interesado por nuestro pasado, que visite la ciudad de San Miguel de Tucumán, consiste en visitar el Templo de San Francisco, ubicado en la intersección de las céntricas arterias 25 de Mayo y San Martín, justo enfrente de la actual Casa de Gobierno.

Sabemos que no siempre esta iglesia fue gestionada por la orden franciscana. En efecto, en esa esquina estaba históricamente ubicado el convento de los padres jesuitas que, desde 1685, se habían instalado en ese punto estratégico de la ciudad. En 1767 el soberano español Carlos III, en sintonía con las demás monarquías católicas de Europa, resolvió expulsar a la orden de la Compañía de Jesús de todos los dominios de la Corona. En ese contexto es que los jesuitas fueron desalojados de esta céntrica esquina.

Al tiempo, la que fuera la “Manzana Jesuítica” fue adjudicada a los padres franciscanos, que tuvieron que mudarse desde su periférica ubicación. En efecto, el claustro franciscano estaba situado en lo que hoy es la Basílica de Santo Domingo y las locaciones de la actual Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino. Era un gran negocio para los franciscanos, mudarse tres cuadras más al Norte, a un lugar más céntrico e influyente que la localización periférica que tenían hasta entonces; al ubicarse ahora justo enfrente del entonces Cabildo de la ciudad y sede del poder político y civil de la Colonia; y en diagonal a la entonces Iglesia Matriz (Parroquia de la Encarnación) y actual Catedral de la ciudad, Plaza Mayor de por medio. El lugar que dejaba vacante la Orden de los Frailes Menores fue entregado (y así se conserva hasta el día de hoy) a la orden dominicana.

Los tesoros que guarda el Templo de San Francisco

De entre los tesoros culturales, históricos, artísticos y religiosos que alberga el actual Templo de San Francisco, se destacan los siguientes: parte del mobiliario utilizado en 1816, durante el Congreso de Tucumán, que declarara la Independencia Argentina, el Altar Mayor trabajado por indígenas de las reducciones jesuíticas, una casulla que utilizó San Francisco Solano (de fines del Siglo XVI) y la “Bandera de San Francisco”, entre otros.

Es a este último tesoro al cual vamos a avocarnos, en esta oportunidad. ¿Qué sabemos de la “Bandera de San Francisco”?. Los tucumanos estamos acostumbrados a contemplarla, enmarcada en un cuadro, de medianas dimensiones, situado a la derecha del Altar Mayor, colgado sobre una pared lindera a la antigua sacristía. Se trata de un paño de considerables dimensiones, arrugado, colocado dentro de un marco, encerrado por un vidrio, que lo contiene. La Bandera tiene un color blancuzco amarillento. En el medio del paño, y con letras de alrededor de diez centímetros de altura, pueden apreciarse dos leyendas pintadas en un color ocre: “Tucuman” sobre una línea imaginaria superior y “1814” en una línea horizontal inferior. El paño de color amarillento, así ubicado en el cuadro no permite ver el color celeste o azul de otras porciones de la Bandera.

“La Bandera de San Francisco”

En la ilustración que acompaño hoy a esta columna se puede apreciar la imagen que, hasta aquí, todos teníamos con respecto al formato de la “Bandera de San Francisco”.



Si uno lee los carteles que, con finalidad turística y cultural se exhiben afuera de la Iglesia, observamos que describen a la “Bandera de San Francisco” como la primera bandera nacional argentina enarbolada en Tucumán el 8 de Octubre de 1814.

Mi visita reciente al Templo de San Francisco

Hasta aquí es todo lo que un visitante común hubiera podido contemplar o apreciar, con respecto a esta “Bandera”. Hace poco tiempo, ingresé nuevamente al Templo de San Francisco a recorrer sus naves, contemplar algunos de sus tesoros, y… ¿Por qué no, también?, visitar otra vez a la “Bandera de San Francisco”; la cual siempre me generó mucha curiosidad, e instaló en mí dudas e interrogantes de todo tipo.

Esta visita al Templo vino acompañada por sentimientos de sorpresa, satisfacción y perplejidad. Sorpresa por cuanto ví que se estaban encarando trabajos científicos y serios de restauración de todo el Convento, en el marco de los festejos del Bicentenario de la Independencia Argentina; al haber servido el Convento de San Francisco como albergue y lugar de residencia de varios de los diputados al Congreso de Tucumán, y por haberse celebrado allí la Misa de Acción de Gracias el día después de la Declaración, el 10 de Julio de 1816. Hasta hoy resuenan en sus paredes la vibrante voz del Padre Pedro Ignacio de Castro Barros (congresal y párroco de la Iglesia Matriz de La Rioja), autor de la homilía de ese gran día.

Me produjo, asimismo, suma satisfacción contemplar cómo profesionales se encontraban realizando trabajos de recupero y puesta en valor de nuestro patrimonio cultural, artístico e histórico, con gran dedicación y esmero; pese a las incomodidades lógicas que generan los trabajos de los expertos a feligreses, visitantes y frailes, por igual.

¿Dónde está la “Bandera de San Francisco”?

Al llegar al lugar donde los tucumanos estamos habituados a contemplar la “Bandera de San Francisco”, me causó perplejidad el no encontrarla. En efecto, la Bandera ya no estaba allí, ni tampoco el cuadro que la contenía. A la perplejidad inicial sucedió una curiosidad por indagar qué había sido de una de las primeras emblemas argentinas que se conservan, hasta el día de hoy.

La respuesta vino al poco tiempo cuando un amigo, Ernesto Damián Sánchez Ance (Tincho), que es, a su vez, guía turístico, y con quien compartimos idéntica pasión por nuestra historia, me tranquilizó al informarme que la Bandera había sido retirada, a los fines de su restauración, en el marco de los preparativos para los festejos del Bicentenario de la Independencia Argentina, que conmemoraremos durante el año 2016.

Mucho más aliviado con esta respuesta, y contento porque existía ahora la remota posibilidad de poder contemplar a la “Bandera de San Francisco”, fuera del marco que la conservaba, arrugada; me aboqué, entonces, a la misión de averiguar el paradero de esta valiosísima enseña.

La Providencia puso, entonces, en mi camino a Miguel Alejandro Gómez, un joven muy cercano a la comunidad franciscana desde hace muchos años. Es además un gran conocedor de la historia y de muchos de los tesoros que alberga el Templo de San Francisco; a los cuales ha fotografiado, en forma brillante, desde siempre. Miguel supo aportar un valiosísimo dato. Al frente de los trabajos de restauración de la “Bandera de San Francisco” se encontraba una prestigiosa restauradora, también muy ligada a la comunidad franciscana, desde su infancia. Se trataba de la Lic. Cecilia Barrionuevo, quien a su vez, realiza excelentes trabajos de restauración en nuestra Casa Histórica de la Independencia.

En busca de la “Bandera de San Francisco”

Allí fue donde encontré a Cecilia, quien tuvo la gran deferencia de recibirme y de brindarme todo su apoyo e interés. A ella revelé mi pasión por develar muchos de los misterios, dudas y curiosidades de nuestro pasado. Entendimos que la “Bandera de San Francisco” constituía una pieza clave para esclarecer porciones no muy conocidas o estudiadas de la historia de los tucumanos, en particular, y de los argentinos, en general. Al instante, Cecilia se puso, generosamente a disposición para intentar revelar, juntos, los misterios e interrogantes que nos genera esta Enseña Patria.

Me confirmó que la “Bandera de San Francisco” había sido retirada de su lugar de ubicación tradicional para ser restaurada, en el marco de los festejos por el Bicentenario de la Independencia Argentina, en concordancia con los restantes trabajos de restauración que están teniendo lugar en el Templo de San Francisco. Me comentó, además, que para llevar a cabo esta tarea, ha requerido la colaboración de otra colega, con experiencia en la restauración de géneros, que trabaja en la Universidad Nacional de Tucumán.

A fin de restaurar el paño, tuvo que extraerse a la “Bandera de San Francisco” del marco que la contenía, originariamente, donde había sido colocada, arrugada, sin haberse exhibido nunca, en su totalidad. Al sacarse a la Bandera del cuadro, se la desplegó completamente en una tabla de grandes dimensiones, puesta sobre caballetes. Allí se encontraron con grandes porciones de la tela, que estaban resquebrajadas. Sobre todo, las correspondientes a los paños celestes de los extremos. Es decir que las tareas de restauración les iba a demandar, pacientemente, todo un trabajo de completar un rompecabezas gigante.

Le referí a Cecilia que era de esperarse encontrar un deterioro semejante, en un paño que, al menos, tiene doscientos años de antigüedad. En efecto, hace poco el Museo Histórico Nacional tuvo que realizar similares tareas de restauración sobre la legendaria “Bandera de Ayohúma”, emblema supuestamente encontrado en el paraje boliviano de Titirí, hace ciento treinta años, y que dataría de 1813, fecha cercana, también, al origen de la “Bandera de San Francisco”. En efecto, la “Bandera de Ayohúma” contaba también con resquebrajamientos importantes, sobre todo en las franjas celestes de los extremos; y debió ser restaurada, durante varios meses, por expertos, hasta dejarla en condiciones aptas para poder ser exhibida, nuevamente.

Finalmente, Cecilia me reveló que la “Bandera de San Francisco” había sido extendida, totalmente y reposaba en una de las celdas del Convento de San Francisco, a la espera de que se acondicionara la misma, para poder iniciar los trabajos de restauración. Con sumo entusiasmo, ante esta hermosa noticia, le pregunté, apasionado. ¿Sería posible que pudiera verla?.

(Continuará)