JOSE MANUEL SUSTETA LERSUNDI, SOBRE EL ESCUDO, LA BANDERA Y EL SELLO DE LA NOBLE CIUDAD TAMBORRADA 2009
Nos juntamos en su casa centenaria, sobre el bar Aralar. En un salón lleno de medallas, escudos, enseñas, grabados y de sus dibujos al carboncillo, enmarcados con extractos de obras de Baroja, viejas canciones donostiarras y otras leyendas. En una tarde de enero descubrimos allí que la nuestra fue una bandera con la Cruz de Borgoña y que el navío de nuestro escudo siempre ha sido un mercante, nunca un pesquero.
- ¿Me permite? Allá por finales del siglo XVII, los escribanos reales...
- Don Juan Fermín de Echarri y Don Ángel Ventura de Arizmendi.
- Correcto. Describieron la bandera local de San Sebastián.
- La definieron tal como era en una fecha precisa: entre 1785 y 1786.
- ¿Por qué se necesitó en aquel momento saber cómo era nuestra enseña?
- Los donostiarras estaban inmersos en el llamado Proceso de las Primicias, litigado contra el párroco de Santa María debido a un fuerte rifi rafe que mantuvo con el de San Vicente.
- En esa fecha, los señores escribanos certifican claramente que la bandera local pendía de la bóveda de Santa María y era de...
- Tafetán blanco, con su cruz pintada artificialmente de color encarnado. Tenía en sus dos caras en campo azul, el escudo de armas de la ciudad.
- ¿La bandera donostiarra con una cruz encarnada como si fuera la de San Jorge o la de San Andrés?
- Justo. En realidad, se trata de la Cruz de Borgoña, una variante, efectivamente, de la de San Andrés usada también por los Estados Confederados de América.
- Pero la Cruz de Borgoña, ¿no es la carlista, esa en la que las aspas aparecen con nudos?
- Sí, pero es muy anterior al carlismo. De hecho, está incluida en las banderas españolas desde 1506 cuando llega Guardia Borgoñona de Felipe el Hermoso que recién había casado con Juana La Loca.
- Bonito, pero no veo la relación del Hermoso con esta ciudad...
- Yo no he podido, ni tal vez querido, sacar grandes conclusiones de mis investigaciones, pero pienso que durante mucho mucho tiempo este pueblo no tuvo ese afán identitario que se busca ahora en las banderas y enseñas. Esta ciudad era un botón, un botón chiquito, y cuando alguien le pedía que se identificase, lo hacía con la primera enseña que tenía a mano o a la vista. Los barcos llevaban la Cruz de Borgoña porque rendían pleitesía a quien ponía los ducados, El Hermoso. Seguro, o casi seguro, que durante mucho tiempo, los donostiarrras tuvieron como suya la bandera que ondeaba en Urgull. Al fin y al cabo, era la de la guarnición que les defendía de cualquier ataque.
- Esa reflexión tiene un puntito entre jaranero y práctico interesante. Oiga, ¿y los leones?
- Los leones son una constante en nuestro escudo de armas. Lo sostienen y guardan. Sin embargo, cuando se constituye el Consulado, ya en el siglo XVII, esta sociedad mercantil no puede usarlos y los sustituye por ninfas, depositando a sus pies los símbolos del Comercio, la Ciencia y la Guerra, Por cierto, ¿te has dado cuenta de que en el escudo de piedra que corona el antiguo Ayuntamiento, el león de la derecha, mirando de frente, es un león tamborrero? Protege un tambor con sus zarpas delanteras.
- En un momento dado, la bandera donostiarra pasa a ser blanca y azul. Sin motivo aparente, ¿no? Sin ninguna reflexión heroica sobre el azul del mar y el blanco de la espuma de las olas.
- Exactamente. Ni el rojo de la sangre ni el verde de los montes ni las estrellas confederadas. Se pasa a considerar bandera ciudadana la matrícula de sus barcos. Vuelve a imponerse el más absoluto pragmatismo: en la primera mitad del XIX, una Real Orden otorga a San Sebastián la bandera blanca con el dado azul superior como enseña/matrícula marítima. A la postre, se convierte en enseña ciudadana. No somos los únicos. También Bilbao transforma en bandera su enseña marítima. Y la matrícula de Santander es hoy bandera de Cantabria mientras que la de Galicia está inspirada en la de la Comandancia Naval de Coruña...
- El escudo es otro cantar, ¿no?
- Con él sí que podríamos remontarnos hasta el siglo XIII.
- Y encontraríamos un sello similar al que usted muestra en la foto.
- En él hay un barco sobre olas. Y la leyenda dice: Sigillium Concilii de Sato Sebastiano. ¿Y sabes lo más importante de ese sello?
- ¿La confirmación de que ya en el siglo XIII nos llamábamos 'Sato Sebastiano'?
- Sí, pero a mí me impresionó más constatar que lo único que se mantiene inalterable en todo este zafarrancho de cruces, leones y dados azules son, fíjate, las dos SS que siempre serán la más auténtica identificación de la ciudad.
- Hasta convertirse, incluso, en la matrícula que representó a los coches de toda la provincia.
- Exactamente. Las dos SS, enfrentadas o no, aparecen en todos y cada uno de nuestros escudos. A veces en el palo mayor del barco. Otras en la gavia. Pero siempre están ahí.
- Antes que lo de Por 'fidelidad, nobleza y lealtad ganadas'.
- Y antes de lo de Muy Noble y Muy Leal Ciudad de San Sebastián.
- ¿Qué podemos decir del barco que aparece en el escudo? Según los libros de heráldica, ha de ser un navío en plata sobre olas también de argenta.
- La representación de un barco mercante es la constante en nuestro escudo. Nunca es un pesquero. Siempre un mercante. Entre los siglos XIII y XVI vemos en nuestro sigillium una nave normanda. Del XVI al XVIII se representa una nao clásica. En el XIX, una fragata al uso... Es norma y costumbre universal que los escudos, con el transcurso del tiempo, elijan para su símbolo el barco principal de su época. El mejor. El definitivo.
- Puntito de chulería ya hay en eso.
- La heráldica siempre muestra un toque del orgullo de tierras y hombres. A lo que íbamos, hoy en día, no podríamos seguir en esta ciudad la constante de mostrar un mercante. Tenemos pesqueros y yates pero no mercantes.
- Recurriendo acaso a los petroleros que entran en Pasaia...
- Podríamos también elegir como barco símbolo ese cargo que, timoneado por un chico negro, limpia todos los días las aguas del Muelle.
- Tiene su punto la idea.
- Pragmática al menos sí lo es.
Diario Vasco
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