Una esbelta fuente con tres chorros de agua es lo que más destaca en el nuevo escudo de la localidad que ya está en uso, y que junto con la nueva bandera ha sido aprobado recientemente en un pleno de la Corporación Municipal y que espera su aprobación definitiva por parte de la Diputación de Badajoz.
El escritor y filólogo Manuel Vilches Morales señala en un reciente artículo aparecido en la revista 'La Jayona' que el escudo y bandera utilizados hasta ahora carecían de rigor histórico y no se ajustaban a las normas de la herádica. Señala asimismo el citado escritor que la bandera municipal que hasta hace poco hemos visto ondear, en ocasiones especiales, escoltando a la nacional junto con la autonómica en el balcón central del edificio del Ayuntamiento, resulta también improcedente a la luz de este estudio especializado; es decir, que tampoco se ajusta ni sigue en absoluto los cánones que la ciencia heráldica establece. Ideada por no se sabe quién, y sin seguir criterio conocido, la actual bandera local supera los límites del absurdo. Formada por tres franjas horizontales de igual grosor (de arriba abajo verde, blanca y amarilla), nadie probablemente podría darnos cuenta de su significado, abriéndonos la puerta a una interpretación incluso surrealista.
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El escudo de armas propuesto por Muñoz Sánchez, nos muestra, sobre fondo de 'azur' ('azul' en la jerga heraldista), una esbelta fuente de oro con tres chorros abundantes de agua, sumada por arriba y por los flancos de un arco de plata mazonado de 'sable' ('blanco' en heráldica), con una bordura de plata que envuelve todo el escudo, y en cuyas dos esquinas aparecen sendas cruces de la Orden Militar de Santiago junto con la leyenda en latín 'Hic incipit Extrematura'.
Por último, buscando la sencillez y el equilibrio -normas fundamentales en este viejo arte de los blasones-, la nueva bandera aparece simétricamente cuarteada y con el escudo presidiendo sobre el mismo centro de la cruz.
Hoy Digital
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