El Instituto del Patrimonio Cultural de España restaura un estandarte local del siglo XVII
N.G. . ELIZONDO
LA primera bandera de Baztan está ya en su Ayuntamiento, pero no ondea en ningún mástil. Permanece protegida del mínimo rayo de luz y de cualquier otra anomalía que acentúe su evidente deterioro.
Después de cuatro años de restauración en el Instituto del Patrimonio Cultural de España, el estandarte primigenio, datado en la segunda mitad del siglo XVII, se encuentra a buen recaudo , oculto a la mirada de curiosos y deseosos de escarbar en las raíces locales que pudiera poner en peligro su conservación y vigilado con una cámara de seguridad de la mínima amenaza. Cualquier medida es poca para un símbolo local de valor histórico y sentimental, "importante", a juzgar de la opinión del titular municipal de Cultura, Martín Garde, por los consejos ofrecidos por el Instituto de Patrimonio Cultural para garantizar su conservación.
El misterio de la bandera se revelará a la opinión pública en una jornada de puertas abiertas el día 18 por la tarde. Será una visita única, a tenor de los medios de protección necesarios adoptar.
La ocasión tendrá el carácter de exclusivo para conocer detalles de una enseña, cuya existencia era un enigma resuelto en las labores de restauración de los últimos años. Los técnicos del departamento del Ministerio de Cultura supieron de su presencia cuando iniciaron la recuperación de un estandarte, de similares características e igual colorido, colocado encima. Al separarlo, cayeron en la cuenta de que había restos de otra bandera.
Los estudios químicos y físicos deshicieron la hipótesis, señalada en un pequeño manuscrito bordado al pie de la enseña visible, que apuntaba a la existencia de un símbolo exhibido durante la batalla de las Navas de Tolosa. Las conclusiones de los técnicos fecharon su origen en la segunda mitad del siglo XVII. Con la cruz de San Andrés, -que en el original era de madera-, sobre el ajedrezado de triángulos rojos, beiges, amarillos y verdes, el emblema supera los 4 m2.
La fecha barajada por los especialistas guarda similitud con la época de construcción de la Casa Consistorial "en terrenos que pertenecieron al Monasterio de Urdax", como señala Martín Garde. Que sea parte del conjunto la cruz de San Andrés, -común en estandartes de compañías militares exhibidos en contiendas como las libradas en Flandes por los tercios-, puede tener relación con la encomienda que en su día desempeñó el alcalde del valle de Baztan."Era capitán de armas y juez. A él correspondía asegurar las fronteras y defender el territorio", opina el titular de Cultura.
El cuidado con que se ha llevado a cabo la restauración y su transporte a Elizondo ha estado rodeado de un halo de misterio. Dada la importancia y por temor a evitar sobresaltos, Martín Garde fue la única persona que tuvo conocimiento de la salida y llegada del camión con la bandera.
Ahora, descansasobre una cristalera cerrada, apoyada en un soporte con un grado de inclinación de 30 grados, en virtud a uno de las recomendaciones dadas por los entendidos en su cuidado. El legado cultural e histórico contenido en sus fragmentos hilvanados de nuevo refuerza el orgullo del consistorio baztanés por conservar un símbolo de su pasado y presente.
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