2.12.11

La Bandera de Los Andes quedó restaurada y volvió a lucirse en su lugar



Durante cinco días especialistas realizaron trabajos de investigación y conservación. Le colocaron pequeños tules transparentes para evitar que sigan deshilachándose sus costados.

Durante 5 días trabajaron las especialistas en la tarea de conservación de la histórica Bandera del Ejército de los Andes. Realizaron una profunda investigación del material, analizaron su estado y colocaron pequeños tules transparentes para evitar que sigan deshilachándose sus costados. Ahora, la insignia patria ocupa nuevamente su lugar en la planta baja de la Casa de Gobierno en un nuevo soporte hasta que se luzca en el Pase del Bicentenario.

La conservadora y restauradora Patricia Lissa y sus colaboradoras, Ivana Rigacci y Noelia Gáname, dedicaron cinco jornadas a restaurar y conservar la Bandera de los Andes. 

Previamente, responsables de los ministerios de Infraestructura y de Gobierno y la Dirección de Patrimonio de la Secretaría de Cultura trabajaron coordinadamente para trasladar la Bandera desde la planta baja hasta el séptimo piso donde se realizaron los trabajos de investigación y conservación. 

El ambiente fue preparado con escasa iluminación natural y con temperatura y humedad precisa, para que el material de la bandera no fuera afectado. Siempre custodiada con los soldados del Regimiento 11 de Infantería de Montaña de Tupungato y con las medidas de seguridad, las especialistas estudiaron, analizaron y realizaron pequeñas tareas para conservarla. 

La etapa previa y fundamental fue la apertura cuidadosa y controlada de la vitrina que contiene la Bandera para comprobar la medición del ambiente en su interior. La intención era monitorear el termohigrómetro (aparato destinado a determinar el clima ambiental, la temperatura superficial de paredes y la humedad).

Con la participación de una empresa de vidrios, personal de Seguridad, de Patrimonio, de Infraestructura y de Gobierno fue retirado el vidriado y pudo comprobarse el estado de la tela, la cual se colocó en una bandeja para ser trasladada al séptimo piso de la Casa de Gobierno. 

Etapas de la conservación 

La bandera fue objeto de un trabajo minucioso para llevar adelante las etapas de documentación e identificación, limpieza y consolidación de áreas frágiles. 

Esta etapa se realizó en un ambiente cerrado con buena iluminación que permitió el resguardo de la histórica bandera mientras duró el proceso de intervención. 

Patricia Lissa, expresó que “realizamos un buen relevamiento; documentamos técnicamente de que material está hecha; cuál es el tipo de tejido; consolidamos los deterioros y cambiamos es sistema de exhibición ya que se encontraba sobre un soporte blando lo que dificultaba poder moverla”. 

Cuando el lunes terminaron su tarea y la volvieron a colocar en su lugar en la planta baja de la Casa de Gobierno la llevaron colocada en un sistema rígido de exhibición que permitirá que cuando tenga que ser trasladada al memorial no tenga que ser tocado el textil, sino que podrá ser manipulada a través de una superficie que está forrada adecuadamente. 

Así la Bandera de los Andes ahora tiene su fondo de apoyo nuevo y de un color azul suave que reemplaza al anterior que era rojo.

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