23.10.08

Banderas y banderías

LEOPOLDO FERNÁNDEZ CABEZA DE VACA

Circulan estos días escritos y noticias acerca de que el 22 de octubre de 1964 ondeó por vez primera la llamada bandera nacional canaria de las siete estrellas verdes, cuya creación se atribuye a Antonio Cubillo, líder del partido Congreso Nacional de Canarias (CNC), que se presenta a sí mismo como brazo político del Mpaiac (Movimiento para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario). Sin otro ánimo que el de aclarar las responsabilidades, méritos o títulos de cada cual, debo decir que en todo caso Cubillo se apropió en la década de los años sesenta de algo previamente existente y lo transformó a su conveniencia.

Es perfectamente comprobable que la hoy bandera oficial de Canarias -de la que el artículo sexto del Estatuto de Autonomía de 1982 afirma que está "formada por tres franjas iguales en sentido vertical, cuyos colores son, a partir del asta, blanco, azul y amarillo"- es la misma que ondeó en la isla de Tenerife desde 1496, si bien incorporaba entonces una cruz colorada sin asta, idéntica a la que decoraba las velas mayores de las naves castellanas de aquel tiempo.

Como isla realenga, Tenerife, por voluntad de sus concejos y de sus vecinos libremente trasladada al rey de turno, se dotó de los símbolos propios de la época. Disponía por eso de un estandarte real que tenía, por un lado, "las armas regias y la punta larga", y por el otro, la imagen de la Virgen de Candelaria en tafetán colorado. A su vez, Gran Canaria contaba con su propio estandarte con las armas regias, palmera y dos perros, y diez espadas cruzadas a pares. También existía la llamada bandera general, que en 1561 recibiría el alférez mayor de Tenerife, Francisco de Valcárcel, de manos del regidor, Pedro de Vergara.

En el Archivo Municipal de La Laguna Sección primera, legajo I-V, número 3- se incluyen unos documentos relativos a la bandera general instaurada durante el Gobierno del conquistador Alonso Fernández de Lugo; documentos que difundió en la Revista de Historia Canaria el investigador y catedrático de la Universidad lagunera Elías Serra Ráfols. Leopoldo de la Rosa y José Antonio Cebrián también se ocuparon de esa enseña tribarrada y hecha de tafetán que presidió la plaza mayor de La Laguna junto al Pendón Real del Reino de Castilla y Aragón. (A mediados del siglo XVII Felipe IV atendería las aspiraciones del pueblo canario de obtener un símbolo -el escudo- que representara a todo el Archipiélago. El título correspondiente se describe así: Ave este Reyno e islas por armas siete islas en medio de un mar y con una letra abaxo de oro que dice OCEANI, denotando en las siete islas las 7 que contiene este reino y las letras del gran mar oçeano denotando que están en aquel mar. Luego, sobre todo en los trabajos de Viera y Clavijo publicados en 1972, se han producido sucesivas modificaciones -la última en 2005- hasta llegar al actual escudo oficial).

En 1907, "un grupo de mercenarios de causa bastarda y sirviendo a intereses foráneos -afirma el mismo Cebrián- suprimieron la antes citada cruz e, inspirados en la bandera venezolana, situaron siete estrellas blancas sobre fondo azul marino", las mismas que en la década de los años sesenta Cubillo, desde su exilio argelino, convirtió en verdes de cinco puntas, seguramente por ser este el color imperante en los países del islam y por el distintivo del movimiento amazig; además, el líder independentista cambió el azul marino por el color azul celeste. Aquella bandera de comienzos del pasado siglo ondeó en la sede del Ateneo de La Laguna con la idea de que representara a las siete islas. Es también la bandera que adoptó para sí, en 1924, el Partido Nacionalista Canario (PNC), que había sido fundado en Cuba.

En septiembre de 1961, coincidiendo con la romería de la Virgen del Pino, el Movimiento Canarias Libre, que luego dirigiría Fernando Sagaseta, puso en circulación banderas canarias tricolores de papel, de veinte por diez centímetros, uniendo en franjas verticales de igual tamaño los colores blanco, azul y amarillo, que correspondían a su vez a los de las administraciones marítimas de Tenerife (cruz de San Andrés blanca sobre fondo azul marino) y Gran Canaria (amarillo y azul marino en diagonal). Su disposición reproducía la situación de las dos provincias, con Santa Cruz (blanco y azul) a la izquierda, como provincia occidental, y Las Palmas (azul y amarillo), provincia oriental, a la derecha.

La bandera se propagó enseguida y en poco tiempo se introdujo en todas las islas y acabó siendo adoptada como propia por grupos nacionalistas e independentistas como UPC, IUC, PCC e IC. Antes, como queda dicho, la retocaría Cubillo, y en su III Congreso Nacional de 2005, Coalición Canaria también la hizo suya a propuesta del actual presidente de la Comunidad Autónoma, quien aseguró entonces que si algún día esta formación gobernara con mayoría absoluta la convertiría en bandera oficial de Canarias. PSOE y PP la rechazan por ver en este emblema connotaciones independentistas.

No voy a entrar en el uso del símbolo de la bandera -cualquier bandera-, que unos pueden idolatrar y otros atacar como si se tratara de una guerra de confrontaciones o de una competencia de banderías. Allá cada cual con sus sentimientos; lo que importa es que en ningún caso la bandera -cualquier bandera- sea usada por intereses espurios, para dividir o movilizar pasiones o para remarcar particularismos excluyentes. No es bueno desvalorizar la representación o el distintivo de nada ni de nadie porque todos, desde la buena fe y el sentido común, deben tener cabida en la España plural y democrática.

Diario de Avisos

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A tenor de este articulo y del libro citado más abajo, querría hacer una reflexión sobre la posibilidad de que especialistas en vexilología realicen un libro que recoja todas las banderas de movimientos independentistas, nacionalistas, regionalistas o cantonales que, en la edad contemporánea, se han desarrollado en España, desde los cantonalistas cartageneros, los anarquistas de Casas Viejas, los nacionalismos llamados periféricos, regionalismos como el Murciano o el manchego, o los movimientos pan-ibéricos. Creo que sería de gran interés y mostraría la pluralidad de la península.

un saludo_ tribuno sertorio

José Manuel Erbez dijo...

Este artículo contiene algunos errores.
En primer lugar dice: "Es perfectamente comprobable que la hoy bandera oficial de Canarias [...] es la misma que ondeó en la isla de Tenerife desde 1496, si bien incorporaba entonces una cruz colorada sin asta, idéntica a la que decoraba las velas mayores de las naves castellanas de aquel tiempo" Esto es una especulación sin fundamento. Lo único que sabemos es que el 17 de enero de 1561 el regidor Pedro de Vergara entregó al alférez mayor de Tenerife Francisco de Valcárcel la "bandera general de la Isla", que es descrita como "de tafetán blanco y azul y amarillo e con una cruz colorada", sin más detalles, por lo que es una temeridad suponer que estuviera formada por tres franjas verticales en el mismo orden y disposición de la actual enseña de la comunidad autónoma, al igual que especular sobre la forma que tendría la cruz.
Por otra parte, no hay más referencias a esta bandera en toda la historia de Canarias, por lo que no hay motivo para pensar que habría sido un símbolo representativo de las islas hasta el siglo XX, como insinúa el artículo.
Tampoco es correcto decir que "A mediados del siglo XVII Felipe IV atendería las aspiraciones del pueblo canario de obtener un símbolo -el escudo- que representara a todo el Archipiélago". El texto que cita el artículo está sacado de la obra Títulos de los Reyes de España, de Francisco Valonga y Gatuellas, no de ningún decreto ni orden dictada por el Rey, ya que no hay constancia de que el escudo de Canarias fuera concedido por Felipe IV ni ningún otro rey.

José Manuel Erbez dijo...

En respuesta al amigo Tribuno Sertorio, me permito recomendarle el libro "Compendio de las banderas de España", recientemente publicado por la Sociedad Española de Vexilología (SEV), y que contiene una parte dedicada a las banderas de las distintas regiones españolas, con información e imágenes de las propuestas que han hecho los movimientos nacionalistas, autonomistas, etc. en diferentes épocas.
El libro puede solicitarse a través de la web de la SEV (www.vexilologia.org)